Los casos de sarampión, una enfermedad extremadamente contagiosa, aumentaron más de un 30% en el mundo en 2017 respecto a 2016 y dejaron 110.000 muertos, indicó este jueves la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Los brotes más importantes de la enfermedad se detectaron en el continente americano, en el Mediterráneo oriental y en Europa, «lo que sugiere que estamos retrocediendo» explicó ante los medios de comunicación Martin Friede, que dirige el Departamento de Vacunas de la OMS.
«El número de casos declarados de sarampión alcanzó un pico en 2017, y varios países sufrieron brotes severos y prolongados de esta enfermedad» destacó la organización en un comunicado.
Para el doctor Seth Berkley, director ejecutivo de la Alianza de la Vacuna (Gavi), este aumento de los casos no es sorprendente.
En Europa se han producido «falsas informaciones sobre la vacuna» mientras que en países como Venezuela el aumento se ha producido a causa del «hundimiento del sistema de salud» y en África a la «escasa cobertura» de las campañas de vacunación, explica Berkley. Solo en el Pacífico occidental se registró un descenso de casos.
«Lo que es más inquietante, si cabe, en el aumento del número de casos señalados es que constatamos una transmisión sostenida del sarampión en países que no habían experimentado transmisión de sarampión desde hace varios años» explicó el experto.
En numerosos países desarrollados ha aumentado la desconfianza ante las vacunas, a causa de campañas que relacionan esos tratamientos con fenómenos como el autismo.
«Ante la ausencia de rápidos esfuerzos para incrementar la cobertura de vacunas y detectar las poblaciones que muestran niveles inaceptables de subvacunación o de no vacunación entre los niños, corremos el riesgo de borrar décadas de progreso en la protección de la infancia y de las comunidades ante esta enfermedad devastadora, pero perfectamente evitable» afirmó la doctora Soumya Swaminathan, directora general adjunta encargada de los programas de la OMS.
El sarampión es una enfermedad grave y muy contagiosa, que puede ser prevenida mediante dos dosis de una vacuna «segura y eficaz», según la OMS. Puede causar complicaciones graves, incluso fatales, como la encefalitis, la neumonía y la pérdida permanente de la visión.
El riesgo de mortalidad y las complicaciones son particularmente severas entre los recién nacidos y los niños que sufren de malnutrición o cuyo sistema inmunitario está debilitado.