Las raíces del fútbol, sin dudas el deporte más pasional del país, están siendo cada vez más castigadas y, si se quiere, olvidadas. Ya con la barrera del codificado, que llegó de la mano de la Superliga, apareció otra piedra en el camino: un aumento del 28% en el precio de las entradas.
Cuando se habla de la pasión del fútbol en Argentina es casi una obligación mencionar a Rosario, una ciudad que a pesar de que a sus hinchas también los alcanzan los aumentos, siempre tiene un plus para dar tanto en el Gigante como en el Coloso.
Con La Gente recopiló las opiniones de dos altos directivos de Central y Newell’s, que ofrecieron sus respectivos puntos de vista sobre el incremento que llevó a las populares a 320 pesos. Los dirigentes expresaron su repudio y coincidieron en que la medida, anunciada días atrás por Chiqui Tapia, el presidente de la AFA, “no colabora con que las canchas estén llenas”.
Ricardo Carloni, vicepresidente de Central, destacó que “si bien el incremento está dentro de los valores inflacionarios, hoy una popular a 320 pesos significa que una familia tipo debe erogar 1.300 pesos para ver a su equipo, lo que multiplicado por dos sería un total de 2.600 pesos por mes dentro de una economía muy golpeada”.
“Creo que llevar adelantes medidas de este tipo es casi como hacer prohibido al fútbol, sabiendo que su origen y raíz es popular. Tenemos que lograr el compromiso para que la familia vuelva a la cancha. Ya demasiado golpeados están los hinchas con el codificado”, continuó el dirigente auriazul.
“En el caso de Central, el socio tiene acceso a la popular general sin costo adicional”, manifestó.
De la vereda de enfrente, quien tomó la palabra fue el vicepresidente Cristian D’Amico, que aseveró: “La realidad es que para la clase media hoy se complica todo, y una entrada a 320 pesos es cara. Son medidas que decididamente no colaboran en nada con que las canchas estén llenas, a excepción de Newell’s y Central”.
“Una solución para el hincha es lo que planteamos desde la institución con la nueva campaña de socios, ya que por 320 pesos podés asociarte y tenés derecho a ir los dos partidos que hay por mes a la cancha. Eso sería un beneficio doble, porque el hincha ayuda al club y paga la mitad de precio por una popular”, finalizó D’Amico.
La situación del ascenso no mejora
Si bien el incremento tuvo un mayor impacto en las dos divisiones principales del fútbol argentino (Superliga y Primera B Nacional), el ascenso desde hace meses se viene viendo perjudicado por el aumento en los costos de mantenimiento.
Para abordar también esta temática, Con La Gente dialogó con el presidente de Argentino, Daniel Mariatti, y el vicepresidente de Central Córdoba, Luis Stern.
El directivo del Salaíto fue tajante: “La plata de la recaudación nos alcanza solo para los gastos del día en el estadio. Pagamos ambulancia, médicos, marcado de cancha, entre otras cosas. Hoy en día no nos está alcanzando la plata para el corte del césped”.
“En teoría el fútbol, respetando sus valores, debería ser un deporte popular. La televisación debería ser gratuita y las entradas a los estadios deberían ser baratas o tener un precio razonable, para que todo el mundo pueda disfrutar. Y hoy nada de eso está ocurriendo, y esa es la cuestión de fondo que se debe cambiar”, sentenció.
Por otro lado, Luis Stern dijo que “lamentablemente es una medida que deben adoptar los clubes para intentar subsistir, pero así y todo las recaudaciones van en descenso”.
“Con los gastos que tenemos en el mantenimiento del club es imposible sostener los valores de la entrada. En un contexto general de país y con la inflación que hay, hasta con ese aumento las cosas están complicadas”, añadió.
“Nosotros, que somos un equipo que está peleando en la Primera C, el partido anterior recaudamos solo 25 mil pesos. Y fíjate que no alcanza para nada, porque sale mucho abrir un estadio para un partido. Tenés 5 mil pesos de ambulancias, lo que te cobra Utedyc, el mantenimiento de la cancha, entre muchas cosas más. Nosotros aumentamos de 150 a 190 pero todo sigue igual”, se lamentó el directivo charrúa.
“Es la lamentable realidad que estamos viviendo. Hay poca gente que paga la entrada porque muchos de los que asisten son vitalicios, hay protocolos, y así el número de recaudación siempre es bajo. La entrada para un menor vale 50 pesos, lo mismo que una Coca Cola. Estamos arreglando el tema de la iluminación para ver si jugando de noche podemos recaudar un poco más, porque así es imposible”, cerró Stern.