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Por la pandemia, 32 países de la región tuvieron que suspender las clases presenciales 


Así lo detalla el informe elaborado por la Cepal-Unesco, el cual alerta sobre el “acceso desigual a conexiones de Internet”

La pandemia de coronavirus causó la suspensión de las clases presenciales para más de 165 millones de alumnos en 32 países de América Latina y el Caribe, de los cuales 21 mantuvieron los programas de alimentación escolar, según un nuevo informe Cepal-Unesco que advirtió sobre el “acceso desigual a conexiones de Internet” en la región.

«La educación en tiempos de la pandemia de Covid-19» elaborado por los organismos de las Naciones Unidas dan cuenta de que la pandemia causó una crisis sin precedentes y en el ámbito de la educación el cierre masivo de las actividades presenciales en 190 países.

Agrega que a mediados de mayo de este año más de 1.200 millones de estudiantes de todos los niveles en el mundo habían dejado de tener clases presenciales en la escuela y más de 165 millones pertenecían a América Latina y el Caribe, según datos disponibles hasta el 7 de julio.

En 29 de los 33 países de los que se recolectó información “se han establecido formas de continuidad de los estudios en diversas modalidades a distancia”, precisa el estudio y agrega: “entre ellos, 26 países implementaron formas de aprendizaje por internet”.

En tanto, “24 establecieron estrategias de aprendizaje a distancia en modalidades fuera de línea, incluidos 22 países en que se ofrece aprendizaje a distancia en ambas modalidades (fuera de línea y en línea), 4 que cuentan con modalidades exclusivamente en línea y 2 con modalidades solo fuera de línea”.

De acuerdo a la fecha de elaboración del documento, solo 8 de los 33 países contemplan entre las medidas adoptadas para implementar las actividades de aprendizaje a distancia la entrega de dispositivos tecnológicos: Argentina, Chile, Colombia, El Salvador, Jamaica, Perú, San Vicente y las Granadinas y Uruguay.

El documento advirtió que existe “un acceso desigual a conexiones a Internet, que se traduce en una distribución desigual de los recursos y las estrategias, lo que afecta principalmente a sectores de menores ingresos o mayor vulnerabilidad”.

“Aunque la región ha avanzado de manera significativa en la reducción de las brechas de acceso al mundo digital en los últimos años, particularmente gracias a la masificación de la conectividad móvil, aún persisten brechas considerables en el acceso efectivo al mundo digital”, añadió.

Cita como ejemplo que, en 2018, “alrededor del 80% de los estudiantes de 15 años que participaron en la prueba del Programa para la Evaluación Internacional de Estudiantes (PISA) en la región tenía acceso a Internet en el hogar y sólo un 61% tenía acceso a una computadora”.

De los estudiantes de 15 años que tienen acceso a equipamiento digital en el hogar, según datos de 2018, en Argentina el 83% tienen conexión a Internet, el 73% posee una computadora y sólo el 33% tiene software educativo, mientras que Brasil llega al 91%, 59% y 30% respectivamente y Chile al 88%, 82% y 43%, según la base de datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

El informe aclaró que “los adolescentes tienen mayor acceso a Internet y a teléfonos celulares que los niños y niñas de enseñanza primaria”.

Señaló que “es importante fortalecer el acceso real de las poblaciones menos favorecidas, ya que muchas veces el acceso a Internet móvil se produce a través de planes de prepago que proporcionan muy pocos minutos disponibles para poder navegar”.

Con respecto a las medidas de aislamiento preventivo, según el informe «el 51,2% de niñas, niños y adolescentes que viven en zonas urbanas en América Latina reside en hogares con algún tipo de precariedad habitacional”.

“Dos de cada diez viven en condiciones de precariedad habitacional moderada y tres de cada diez enfrentan situaciones de precariedad habitacional grave”, alertó.

Precisó que significa que “más de 80 millones de niñas, niños y adolescentes de zonas urbanas enfrentan algún tipo de privación en sus condiciones habitacionales y unos 18 millones residen en hogares con precariedad habitacional grave”.