Por Mario Luzuriaga
El periodista Guillermo Zysman es uno de los más escuchados de la radiofonía rosarina y alrededores. Conduce «Zysman 830» de lunes a viernes de 6:30 a 10 en LT8, y siempre está al filo de las noticias.
Además de repasar y empaparse de lo que sucede en la ciudad, también analiza lo que pasa en la provincia y el país.
Dentro de muy poco llegan las elecciones presidenciales, donde predomina la polaridad entre dos fuerzas como lo son «Juntos por el Cambio», con el presidente Mauricio Macri en busca de su segundo mandato; y Alberto Fernández del «Frente de Todos», acompañado en la fórmula por la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner.
El periodista realizó un análisis de los candidatos, opinó sobre la provincia, sus nuevos gobernantes y sobre la ciudad, en la siguiente nota con CLG. En cuanto a la realidad económica que se atraviesa, fue claro: «Hay un problema productivo muy fuerte, un problema de empleo, los precios por las nubes y los sueldos que no alcanzan».
—Siendo uno de los hombres más importantes en las mañanas rosarinas, ¿cómo ves a la ciudad?
—Rosario está atrevesando una crisis en la que no está exenta la provincia y la nación. Está todo muy complicado, Rosario tiene la particularidad que cuando el país crece, la ciudad crece por encima y cuando el país cae, la ciudad cae por debajo de la media. Está por debajo de la media nacional. Hay un problema productivo muy fuerte, un problema de empleo, los precios por las nubes y los sueldos que no alcanzan. Hay un parate de actividad tremendo así que el panorama, en el corto plazo, es muy sombrío. Va a depender de un cambio de expectativa porque de lo contrario, la situación está muy complicada.
—¿Qué opinas de los dos candidatos que cerraron sus actos de campaña durante las primarias?
—Eso generó un resultado más que sorprendente porque ninguna encuesta arrojaba esos datos. Alberto estuvo ante una multitud que la mayoría de los votos los tracciona Cristina, pero que lidera la fórmula; y Macri con un formato que no le dio resultado, como lo fueron los «focus groups», la segmentación, estuvo muy alejado de la gente porque había mucha bronca. Eso se cristalizó en los resultados de agosto y ahí está el juego de las diferencias. Hoy al presidente le cuesta mucho caminar la calle, si bien tiene un núcleo duro de adeptos que es del 30% de la población, el resto lo tiene muy mal conceptuado, porque la economía le ha dado mala performance y la gente no llega a fin de mes.
—¿Qué te pareció el debate? ¿Te gustó?
—El formato debate no es muy atractivo, yo no creo que hay que buscar un esquema de espectacularidad, pero este formato era muy rígido. Yo lo vi más sólido a Fernández cuestionando al gobierno. A mí me sorprendió, pensé que quien venía de ganar, no te digo por goleada pero por mucho más, podría haber hecho la tabla, esperar en 0 a 0, pero fue a buscar el partido. Y el presidente no rebatió ninguno de los dichos del candidato opositor, por momentos describió un país que parece ser en el que uno vive y gran parte de las cosas que promete las hizo a hace cuatro años, y el resultado es muy poco efectivo. En este debate Macri debía descontar puntos de ventaja, los siguió perdiendo, con lo cual para él es adverso.
—Te traigo a la provincia y a la ciudad: habrá dos gobiernos diferentes, el de Perotti, por un lado; y el de Javkin por el otro. ¿Cómo te imaginas la relación entre ambos?
—Son dos personas que se conocen hace tiempo, son serios, ninguno de los dos son principiantes en la política, son de otro signo político pero Perotti no puede gobernar sin conocer la importancia de Rosario en la provincia. La ciudad aporta más del 35% de la recaudación, del producto y del territorio. Y a la inversa, Javkin necesita de la provincia para fondos cotidianos. Tengan presente que la provincia, desde que el socialismo gobierna, a la municipalidad le está trasladando cuatro mil millones de pesos al año para salud, por fuera del presupuesto que aprueba la Legislatura. Antes no se hacía en las gestiones de Reutemann y Obeid, Javkin va a necesitar de ese apoyo y va a tener que medir un poco la presión; no va a poder ser muy dura en términos de confrontación porque después le va a tener que pedir recursos. Igualmente la situación de los dos, provincia y ciudad, va a ser tan complicada que no va a haber margen para chicanas políticas durante el próximo año. Los une más el espanto que el amor, imagino una año de convivencia pacífica, atravesada por necesidades mutuas muy importantes.