Por Melani Suárez (*)
El abuso sexual en la infancia es una de las violencias más aberrantes hacia la integridad y el desarrollo social e individual de niños, niñas y adolescentes. Es un delito que en muchos casos queda en la impunidad. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) una de cada 5 mujeres y uno de cada 13 varones han declarado haber sufrido abusos sexuales durante su infancia, lo que en Argentina representa alrededor de 2 millones de chicos.
Los medios masivos de comunicación reproducen noticias sobre niños, niñas y adolescentes únicamente cuando se trata de abusos, violaciones o muertes. Ante la conmoción por los casos que conocemos a diario y por los cuales rasgamos nuestras vestiduras, es necesario plantearse: ¿Qué hacemos cuando nos toca de cerca? En Argentina, el 75% de los abusos se dan en el núcleo intrafamiliar. Naturalizado desde hace siglos e invisibilizado para mantener la apariencia y las tradiciones de una «Familia Ideal».
En un clima de violencia generalizada, es para destacar la reciente sanción de la ley que obliga al Estado a actuar de oficio ante los delitos de abuso sexual en la infancia. Antes de la ley, la madre, el padre o la persona a cargo tenían que ratificar los testimonios, y una muy baja cantidad de casos llegaban a la justicia.
El abuso sexual en la infancia deja secuelas que son comparables a las de haber sobrevivido a una guerra, estas son conocidas como Trastorno Por Estrés Post Traumático, tales como terrores nocturnos, insomnio, enuresis (falta de control para orinar), reaccionar exageradamente ante los estímulos, hipervigilancia, ansiedad o depresión, etc.
La Red Nacional de visibilizacion del abuso sexual de niños, niñas y adolescentes, viene desarrollando su trabajo desde 2013, cuando distintas agrupaciones, particulares y sobrevivientes comenzaron a reunirse para escucharse, para hablar de un tema del cual nadie quiere hablar, y juntas ser respuesta ante una problemática que no discrimina clases sociales.
Este 20 de noviembre en el marco del Día Mundial para la Prevención del Abuso Sexual en las Infancias, reclamamos la aplicación efectiva de la Ley de Educación Sexual Integral, herramienta para identificar y prevenir abusos y actos de violencia, como así también la designación del Defensor/a del niño, niña y adolescente.
«Yo sí te creo», porque el abuso en las infancias tiene que dejar de ser invisibilizado y naturalizado por las familias, el sistema judicial y el Estado, que ejercen la cultura del silenciamiento, el inexistente Síndrome de Alienación Parental (SAP) y la revictimización del abusador, dejando en total vulneración a niños y niñas, obligándolos a revincularse con sus agresores. Es hora de empezar a romper el silencio, es hora de creer en la voz de victimas y sobrevivientes, es hora de extender la mano para acompañar, ayudar, y empatizarnos. Nosotras te escuchamos, nosotras te creemos.
(*) Integrante de la Red Nacional de Visibilización Contra el Abuso Sexual a Niñas, Niños y Adolescentes.