Informes CLG

365 días de dolor

«Yo no hubiera dejado salir al submarino», dijo perito naval


Por Matías Gregorio

Este 15 de noviembre se cumple un año sin el ARA San Juan. Desde su desaparición, con 44 tripulantes a bordo, rondaron muchas teorías de cuál pudo haber sido el factor desencadenante de la tragedia. Si bien aún no hay certezas de lo sucedido, cada cual tiene su versión.

A 365 días del hecho, y sin haberse hallado el sumergible, CLG dialogó con el perito naval Fernando Morales, quien también es Capitán de Fragata (RN), maquinista naval superior (veterano de guerra de Malvinas), licenciado en Administración Naviera, diplomado como oficial del Estado Mayor Especial y vicepresidente de la Liga Naval Argentina. Durante el diálogo, Morales explicó detalles técnicos del submarino, contó cómo se realizan las pericias y brindó datos de la búsqueda.

«Soy de los que abonan la teoría de que hubo un desperfecto técnico», deslizó el perito. Para él, una combinación de hechos desencadenaron en el hundimiento fatal: «El estado de la nave no era el conveniente, la tripulación no navegaba lo suficiente por falta de presupuesto como para tener agilidad ante la crisis, hubo una fuerte tormenta, la válvula Eco-19 ya había tenido antecedentes de filtraciones de agua y junto con el cansancio que seguramente tenía la tripulación, es posible pensar que todo esto se convirtió en un cóctel explosivo por el cual no pudieron sortear con éxito un incendio, que quizás en otras condiciones lo podrían haber afrontado».

Sin embargo, afirmó que «nadie está en condiciones de asegurar realmente lo que pasó». Es que el ex combatiente de Malvinas explicó que para poder avanzar en la pericia, aparte de recolectar la información previa, datos del clima y demás, falta el cuerpo pericial que es el submarino. «Por eso, cualquiera que afirme que sabe lo que ocurrió es un mentiroso», agregó Morales.

Fernando Morales es columnista en Infobae sobre temas marítimos.

El maquinista contó qué decisión hubiese tomado sobre la partida de la flota: «Yo, como perito, por lo que leí, si de mí hubiera dependido, no lo dejaba salir. Pero no puedo decir de que porque salió le pasó lo que le pasó. Es como si vos salís con un auto sin las luces de adelante pero después te chocan de atrás. Si bien la Armada sostiene que muchas de las fallas que tenía el submarino se solucionaron, el buque tenía que ir a dique seco cada 18 meses, habían pasado 45 y no había ido. Es el momento donde el barco para todos sus sistemas, se lo saca del agua y se revisan cosas que a flote no se pueden reparar».

«Sería muy grave terminar culpando a los que no están para defenderse»

En cuanto a las responsabilidades de dejarlo zarpar, el vicepresidente de la Liga Naval Argentina manifestó que «la jueza podrá determinar si los encargados de dejarlo salir son penalmente responsables por haber cometido una negligencia grave en sus obligaciones». Al margen, aseguró que «no cree» que la magistrada impute a nadie por el hundimiento, al sostener que «a lo mejor tenía 80 fallas y se hundió por una que no estaba registrada ni que nadie la tenía presente».

El ARA San Juan partió el 25 de octubre desde Mar del Plata, pero nunca regresó.

Una búsqueda «difícil», pero no imposible

A partir de sus conocimientos y sus fuentes en el tema, Fernando Morales analizó el trabajo de la empresa norteamericana Ocean Infinity que busca el submarino: «La compañía encaró una búsqueda científica porque, por más duro que resulte decirlo, ya no se están buscando vidas, sino un objeto perdido en el fondo del mar. Entonces se hace con mucha precisión, pero con lentitud, porque no está el apuro de la vida humana. Ocean Infinity es por lejos la que mejor está equipada para este tipo de búsqueda, lo que no quiere decir que sea fácil. La empresa planteó que prefería retirarse y volver en febrero, ya que el contrato habilita a las partes a extender el vínculo por 60 días más. Si no regresan, no habría ningún incumplimiento, pero ellos prometen hacerlo para encarar la búsqueda desde otra manera e intentar encontrar el buque y poder cobrar los 7 millones de dólares, porque es una empresa comercial, no humanitaria. Por el momento, no se llevan un peso».

Por otra parte, según explicó el perito naval, el Atlántico sur es un océano con grandes profundidades y con un fondo «muy complicado» porque hay muchos cañadones, «que son como grietas que pueden tener 1.000 metros adicionales de profundidad y que se proyectan más allá del fondo normal del mar». A eso, se le agrega la sedimentación y formaciones rocosas. «La tarea no es sencilla, más buscando un elemento que fue diseñado para mimetizarse con los fondos marinos», añadió el licenciado en Administración Naviera.

«Cada día que pasa es más complicado. Eso no quita que tal vez en el futuro una empresa petrolera haciendo una perforación de con el submarino. En este momento lo que tenemos a nuestra disposición es lo más avanzado del mundo. Si con esta tecnología no se encuentra, no hay algo más eficiente por hacer, solamente insistir con esto hasta que en algún momento aparezca, si es que aparece. Pero realmente es una tarea difícil», continuó Morales.

El Seabed Constructor de origen noruego volverá a trabajar en nuestro país entre febrero y abril.

Sobre las versiones de los familiares que indican que la empresa recibió dinero para no encontrarlo, el entrevistado indicó que arriba del barco noruego Ocean Infinity «no sólo hay veedores de la Armada, que representan al Estado, sino también cuatro familiares que responden a los intereses del grupo de padres. Si bien no son expertos en búsqueda, son profesionales».

«También hay que considerar que no encontrar el submarino sería una mala publicidad para ellos. Ya vienen de fracasar en el avión del Malaysia Airlines, que al tener una desintegración tan fina puede costar encontrarlo. Pero por más que allá sucedido una explosión interna, un submarino de acero con un espesor tan grueso no se desintegra. Si hubiese sido así, o si le hubiesen tirado un torpedo como indican algunos, los restos habrían salido a flote», explicó el Capitán de Fragata (RN).

Morales concluyó afirmando que mientras el submarino no aparezca, «todas las conjeturas no pueden pasar de ese plano: conjeturas».