Por Santiago Fizsbein
Este domingo llega una nueva versión de Hamlet, de William Shakespeare. Se presenta a las 19.30 en el Teatro Municipal La Comedia.
En esta oportunidad está protagonizada por Alberto Ajaka, Antonio Grimau, Leonor Benedetto, Paloma Contreras y Patricio Contreras entre otros.
Antes de su presentación Patricio Contreras dialogó con CLG y tuvo tiempo de hablar de su pasión por el teatro.
_Ha interpretado innumerables personajes pero ¿Qué siente usted volver a los clásicos como Hamlet?
_Es un gran privilegio, lo tomo como un gran premio que me da mi oficio de tantos años. Creo que es una manera de seguirse alegrando por la fortuna que ha significado para mi ser actor. Es la segunda vez que hago una obra de Shakespeare. En el año 1991 hicimos con Leonor Manso, Walter Santana y Juan Palomino, entre otros y dirigidos por Omar Grasso, Medida por medida. Tuvo un singular éxito y estuvimos un año en cartel y esta es la segunda oportunidad; lo bueno es que viene con un premio agregado porque además de que interpreto a un personaje delicioso y divertido como es Polonio, que es el padre de Ofelia que lo interpreta mi hija Paloma Contreras. Nunca pensé que iba a compartir escenario con mi hija y además en esta condición.
_¿Siempre es un desafío para un actor hacer una obra de Shakespeare?
_Cualquier obra es difícil, cualquier obra tiene sus gratificaciones. Se puede hacer muy bien Shakespeare porque uno tiene como base una solidez indiscutible, pero también se puede equivocar de una manera brutal. Así como de una pequeña obra, de una obra modesta como fue «Made in Lanus», se hizo un suceso teatral; que desde el punto de vista de la estructura de la obra podría ser discutida, porque tiene casi una estructura de monólogos . Pero tiene algo esencial la obra de Nelly Fernández Tiscornia, tenía una manera tan poética y profunda de construir a los personajes y nosotros estuvimos bastante inspirados al hacerla, con Leonor Manso, Marta Bianchi y Luis Brandoni, que se constituyó básicamente en un clásico del teatro argentino. Entonces una obra puede ser de un gran autor y hacerla mal o bien, sólo el escenario te dicta la verdad.
_¿Se siente más cómodo arriba del escenario, haciendo tele o cine’?
_El escenario es mi patria, yo elegí ser actor para estar arriba del escenario. Yo vi teatro a los 15 años por primera vez, que fue una de Bertold Bretch y quedé magnetizado por ese espacio. Posteriormente vino la televisión como un regalo como el cine, fueron una yapa y me encanta hacerlo. A esta altura me considero un actor de cine porque he hecho mucho, roles importantes y pequeños, pero en el escenario es donde más pleno me siento. Tengo la posibilidad de repetir textos escritos por éste caballero que nos dejó este texto hace 500 años, Calderón de la Barca o Samuel Beckett, le llenan a uno el alma estos textos.
-Hace poco se estrenó «Dry Martina», película que usted participa ¿Cómo fue esa experiencia?
_Fue muy refrescante encontrarse con gente joven. El director Che Sandoval es un muchacho muy talentoso y audaz, creo que su singular manera de construir los guiones es una renovación. Es lindo estar en una temática de este estilo, que es una comedia muy atrevida porque se mete con temas como la sexualidad con tanta frescura y espontaneidad. Es inevitable que a esta altura sea el mayor de todos (risas), es muy bonito que los jóvenes lo llamen para trabajar y lo agradezco mucho. Uno siente el respeto y el afecto que le tienen gracias a lo que uno construyó a lo largo de los años.
_Volviendo a «Made in Lanús» ¿Cree que es posible que se haga una versión actual en los tiempos en que vivimos?
_Si, de hecho se repuso en el año 2002 en una situación bastante similar a la que vivimos hoy, de tanta incertidumbre y angustia, y la protagonizaron Soledad Silveyra, Ana María Piccio, Víctor Laplace y Hugo Arana. Le hicieron una modificación y la llenaron a referencias de ese momento y anduvo muy bien. Sigue teniendo vigencia cuando pasan estas caídas que tiene el país y es trágico lo que sucede con todo lo que tiene este país para dar. Esa obra habla de frustraciones y del amor profundo que tienen los argentinos por esta tierra.