Hinchas de Montenegro, Filipinas y un contingente de neozelandeses se acercaron a Rosario en el marco del Mundial de básquet U 17. Pero esta vez los que se hicieron sentir fueron los seguidores de Egipto.
Con bandera, vuvuzela y gorros, los jugadores africanos se sentían apoyados por Yassin Mohamed y su esposa Haidy, padres del Nº 11 de Egipto, que por tradición familiar repite el nombre de su padre.
Desde Alejandría, ciudad fundada por Alejandro Magno y ubicada a dos horas de la capital egipcia, El Cairo, llegó esta pareja solamente con la excusa de alentar a su hijo y a su selección. “Al equipo le va genial”, expresó Mohamed, que tomó la posta a la hora de dialogar con el Departamento de Prensa de la Subsecretaría de Deportes.
Con experiencia en recorrer el mundo gracias a su hijo, el año pasado estuvo en Mauritus debido a la Copa Africana y ahora arribó a Rosario. Y entre risas el egipcio afirmó: “No sé dónde iremos el año que viene”. Además agregó que está muy orgulloso de su hijo y mostró con entusiasmo el Nº 11, con el cual juega su hijo y el que usaba él en su época de jugador.
Desde el sábado en Rosario para luego partir con destino a Santa Fe capital, lo único que tienen en mente es apoyar a Egipto y a su hijo.
Por primera vez en Argentina, los egipcios reconocieron la belleza de Rosario y relataron su estadía en la Cuna de la Bandera: “Tratamos de hacer muchas cosas, fuimos en barco por el río, recorrimos las peatonales, caminamos y conocimos mucha gente, disfrutamos la rica comida, pizza y carne”.
“Caminar junto al río fue lo mejor”, remató el visitante egipcio sobre sus días en Rosario.
Claramente estando en Argentina y en Rosario, Mohamed y su esposa no podían negarse a probar el mate: “Mi señora no dejaba de insistirme. Lo probamos, nos gustó mucho y es muy bueno para el estómago”, mientras señalaba a Haidy y ambos se reían.