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¿Y el trabajo humano? Avanza la robótica en el mundo laboral


La inteligencia artificial se abre paso en los empleos y obliga a las personas a prepararse para un futuro con otras reglas de juego

El avance de la tecnología puede verse en cada aspecto de la vida cotidiana. Desde lo más simple a lo más complejo, todo está atravesado por un dispositivo tecnológico que muchas veces facilita la actividad. Eso mismo está previsto que pase en el ámbito laboral. Poco a poco ese cambio ya se está registrando, pero de cara al futuro será aún mayor y la robótica estará en el centro de la gran mayoría de los trabajos. Y, entonces, ¿qué pasará con el trabajo humano?

Según explicó Máximo Santos Miranda – doctor en Ciencias Económicas e investigador especializado en finanzas, tesorería y economía internacionales – en Forbes México, los procesos de la sociedad tienen una tendencia marcada a ser más inteligentes y automatizados. Entonces, «cuanto más operacional y repetitivo sea un trabajo, más probabilidades tendrá de desaparecer en los próximos años».

En esa misma línea, el estudio conjunto de la compañía Michael Page – proveedora de contratación permanente y temporal – con analistas de Foresight Factory, indicó que si bien las tareas repetitivas serán las primeras en verse afectadas por la automatización, los avances de Inteligencia Artificial «apuntan a un futuro en el que se verán igualmente afectados los puestos de trabajo administrativos e, incluso, los creativos».

El miedo ante este inminente cambio ha ido creciendo junto con el desarrollo de la tecnología. Se ha incrementado la incertidumbre sobre la estabilidad laboral y sobre la cantidad de puestos de trabajo que seguirá habiendo de acá a unos 20 o 30 años para los seres humanos que, se cree, competirán de forma directa con un robot programado específicamente para una tarea.

En su análisis, Miranda reveló que «la robótica, la digitalización y la inteligencia artificial crearán más empleo y no menos». «En 2018 hubo un récord en la cantidad de robots que forman parte de la cadena productiva. A pesar de eso, el desempleo mundial descendió ese año hasta situarse en la cifra más baja de los últimos 30 años», aclaró. En su punto de vista, «la alta tecnología y el desempleo no tienen porqué ser mutuamente excluyentes».

De todas maneras, desde Michael Page encontraron que se observa «una reacción cultural contra la automatización, por lo que irá incrementándose la necesidad de que las empresas justifiquen sus procesos de contratación». Así, el empleo de personas «podría convertirse en otro indicador de responsabilidad social».

A raíz de esta mayor inserción de las máquinas en el mundo laboral, no hay dudas de que las formas de trabajar en sí mismas cambiarán. Habrá nuevos puestos y será necesario encontrar el modo en que «las personas y las máquinas pueden cooperar con mayor eficacia», explicó la compañía. «Los compañeros robots, o ‘cobots’, se integrarán en nuestras plantillas y nuestras opiniones ‘antiguas’ sobre la diferencia entre máquina y profesional tendrán que evolucionar hacia el desarrollo de una fuerza laboral de cohabitación y cooperación», remarcó.

La preparación para este cambio es la principal herramienta con la que pueden contar los humanos. Conocer los aspectos en los que sí o sí se necesitará una persona y poder adaptarse a compartir los espacios con una máquina altamente efectiva y productiva para ciertas serán dos ejes fundamentales.

«Se hace necesario construir un nuevo sistema educativo que promueva el aprendizaje permanente y que esta idea quede impresa en nuestra cultura social», detalló Miranda en su escrito. A lo que agregó: «Cada vez será más importante la figura del buen profesor. Una persona que sepa orientarnos en el desarrollo de habilidades y que inserte en nuestro ADN la curiosidad y el interés por continuar aprendiendo». Habilidad irremplazable, hasta ahora, por la robótica.

El ser humano tendrá que ser flexible. Ser capaz de adaptar su profesión, encontrar las áreas a las que las máquinas no han llegado y explotarlas. Pero además, deberá enfocarse en su convivencia con los robots. Amigarse con la idea de que pasarán a ser compañeros y parte de la plantilla. En líneas generales, el humano deberá preparase para compartir y competir, en los sectores aún posibles, con la robótica.