Tras las sugestivas declaraciones del ministro de Seguridad provincial Maximiliano Pullaro, por la tarde comenzó a transitar un fuerte rumor de que la provincia y los clubes se pusieron de acuerdo en la fecha y, más importante aún, en el lugar para disputar el clásico rosarino.
Aparentemente, sólo resta la confirmación de Copa Argentina para que el partido de cuartos de final se juegue el 7 de noviembre en Rosario con sorteo de estadio y con ambas hinchadas.
Esto significaría una importante satisfacción para los hinchas, cuando parecía que el partido, tristemente, iba a jugarse en Lanús a puertas cerradas.
Pullaro había lanzado este mediodía una sugestiva frase cuando lo consultaron sobre la posibilidad de que el partido se juegue en territorio provincial: «Estamos esperando una nueva comunicación para que sigamos trabajando juntos en esto».
Se suma un nuevo capítulo a una larga novela, tras el fuerte cruce de acusaciones entre el gobierno provincial y la organización de la Copa Argentina.