Está probado que las mujeres viven más que los hombres. También se sabe que en la mayoría de las especies animales, las hembras viven más que los machos. ¿Las razones? Los cromosomas sexuales, que parecen guardar el secreto de la longevidad femenina, según un estudio que se publica en « Aging Cell» y que reproduce el portal Abc Salud.
Investigadores de la Universidad de California-San Francisco (EE.UU.), reconociendo la influencia de otros factores biológicos, sociales y ambientales, sugiere un papel importante para el segundo cromosoma X , que está presente en los mamíferos hembras. El cromosoma X contiene muchos genes relacionados con el cerebro y es crucial para la supervivencia. Sin al menos una X, un animal no puede vivir. Por contra, el cromosoma Y, presente solo en los hombres, contiene muy pocos genes distintos de los que crean características sexuales secundarias, como los genitales masculinos y el vello facial, y no es necesario para la supervivencia.
Los investigadores analizaron la influencia de los cromosomas en una grupo de ratones experimentales portadores de cuatro combinaciones diferentes de cromosomas y gónadas: las ‘naturales’ XX con ovarios y XY con testículos, y otras dos creadas en el laboratorio:XX testículos y XY ovarios. Los ratones eran genéticamente idénticos, excepto por sus cromosomas sexuales, pero incluso cuando el entorno era el mismo, los portadores del cromosoma X vivían más. Y cuando, se combinaron dos X con los ovarios, los ratones vivieron hasta micho más de la vida útil habitual de un ratón.
«Durante mucho tiempo nos hemos preguntado qué causa la longevidad femenina», reconoce Dena Dubal, autora principal del estudio. El experimento es el primer estudio mecánico que muestra que las hembras viven más que los machos, y que el cromosoma XX gobierna en gran medida este rasgo en los ratones envejecidos. Tardó varios años en completarse, ya que los ratones se controlaron hasta que murieron o sobrevivieron durante 30 meses.
Los investigadores descubrieron que tanto los cromosomas sexuales femeninos como las gónadas femeninas prolongaban la vida de los ratones de 12 a 30 meses, el equivalente en ratones de la mediana edad a la vejez. Pero la mayor parte del efecto provino de los cromosomas sexuales. Los ratones XX vivían más que los ratones XY, independientemente si tenía ovarios o testículos. Aunque los ratones que vivieron más tiempo tenían ovarios, además de dos cromosomas X; en otras palabras, mostraban la biología natural del ratón hembra.
«Esto sugiere que las hormonas producidas por las gónadas femeninas aumentan la vida útil en ratones con dos cromosomas X, ya sea influyendo en cómo se desarrolla el ratón o activando ciertas rutas biológicas durante sus vidas», explica Dubal.
Al comparar los dos tipos diferentes de ratones genéticamente femeninos, aquellos con ovarios y con testículos, encontraron que tener dos cromosomas X y ovarios permitía prolongaba la vida. Sin embargo, los ratones que eran genéticamente femeninos pero hormonalmente masculinos (dos X y testículos), el segundo cromosoma X no extendía su vida más allá de la vida útil normal del ratón. Y además, estos beneficios desaparecieron cuando los ratones tenían 23 meses de edad.
«Para una mayor vida útil, los ratones necesitaban tener ovarios trabajando con los dos cromosomas XX», comenta la investigadora Iryna Lobach, que explica que los dos cromosomas XX, independientemente de ovarios o testículos, evitaban una muerte temprana.
Eso sí, los expertos desconocen cómo el segundo cromosoma X disminuye la mortalidad durante el envejecimiento. Pero, concluyen los investigadores, «cuando las cosas van mal en la vejez, tener más de un cromosoma X, podría ser realmente beneficioso».