Una diabólica criatura que esclaviza las mentes y la infiltración de espías militares rusos son algunos de los viejos y nuevos peligros que la chica con poderes de telequinesis Eleven y sus amigos deberán enfrentar en la tercera temporada de «Stranger Things», disponible desde hoy en la plataforma de Netflix.
Fiel al estilo que la convirtió en una de las más populares del líder mundial del streaming, la nueva temporada de la serie que sigue a un grupo de chicos de un pequeño pueblo estadounidense en el que se emplaza la puerta a una dimensión plagada de monstruos vuelve una vez más con decenas de referencias a la cultura pop de la década del 80.
Los ocho nuevos episodios transcurren casi un año después de los eventos de la temporada anterior, ahora a mediados de 1985, con el grupo central de protagonistas dejando atrás la niñez y en plena revolución hormonal adolescente.
Es verano en el pueblo ficticio de Hawkins, Indiana, y todos los personajes parecen haber dejado atrás a las criaturas terroríficas de la realidad alternativa del “Upside Down”, así como las conspiraciones de organizaciones secretas gubernamentales.
Mike (Finn Wolfhard) y Eleven (Millie Bobby Brown) están de novios, al igual que Lucas (Caleb McLaughlin) y Max (Sadie Sink).
Mientras, Dustin (Gaten Matarazzo) y Will (Noah Schnapp) lidian como pueden con el hecho de que sus amigos les dediquen menos tiempo; en tanto que los chicos más grandes, Nancy (Natalia Dyer), Jonathan (Charlie Heaton) y Steve (Joe Keery), encaran sus primeras experiencias laborales.
Sin embargo, debajo de la fachada de una apacible temporada estival se esconden varios peligros.
Los chicos desconocen que militares de la Unión Soviética en una base secreta juguetean con el portal que conduce al Upside Down, y pronto deberán unirse otra vez para combatir al “Desuellamentes”, una criatura que amenaza con infectar y devorar a todo ser vivo.
La madre de Will y Charlie, Joyce (Winona Ryder), y el jefe de policía del pueblo y tutor de Eleven, Jim Hopper (David Harbour), harán descubrimientos por su propia cuenta y también tendrán que ponerse manos a la obra una vez más.
Así como la primera temporada constituía un homenaje al cine, la TV y la literatura popular de los 80 con la que se habían criado los creadores de la serie, los mellizos Matt y Ross Duffer, la nueva entrega contará también con múltiples guiños reconocibles por el espectador de entre 30 y 50 años.
Los más atentos verán referencias puntuales a “V: Invasión extraterrestre”, “Volver al futuro”, “El príncipe de las tinieblas”, “Alien” o a “Terminator”.
Además, la música, los peinados con fijador, el maquillaje llamativo y la ropa de colores fluo dotan a la nueva temporada del “feeling ochentoso” que buscaban reproducir los Duffer, que encuentra su epítome con el nuevo escenario en el que transcurren las acciones más importantes: el Starcourt Mall.
Los “malls” o centros comerciales poblaron Estados Unidos en los 80 y cambiaron el aspecto y la dinámica de cientos de pequeñas localidades, que vieron como cerraban negocios locales y los jóvenes hacían de los nuevos lugares su punto de encuentro por excelencia.
Todo ello puede interesarle bien poco a los más chicos, pero parece claro que también se sienten convocados de forma masiva, aún cuando Netflix no difunda mediciones de ratings o cantidad de visualizaciones.