La historia de Ian se conoció hace dos meses cuando la ONG Aldea solidaria solicitaba asistencia para que pueda continuar su internación en un hogar en condiciones. Hoy la solidaridad de un grupo vuelve a ser noticia
Por Diego Carballido
Ian tiene 7 años y cuando era muy pequeño sufrió el desafortunado hecho de tragarse una pila que le produjo numerosos problemas en sus intestinos, razón por la cual debe recibir asistencia mediante un botón gástrico y estar conectado a una máquina todos los días de su vida. Sumado a intervenciones quirúrgicas que lo obligan a pasar meses internado en el Hospital de Niños Víctor J. Vilela donde recibe el tratamiento adecuado y se encuentra bajo las condiciones sanitarias que su situación requiere.
Su mamá, Alejandra, se contactó hace dos meses con la ONG Aldea Solidaria de barrio Industrial para comenzar con la difícil tarea de conseguir un hogar en condiciones que le permita continuar a Ian con su tratamiento más cerca de su familia y así poder abandonar el nosocomio en este contexto tan complejo de pandemia.
«La mamá se contactó con nosotros por Facebook porque sabía que tratamos de dar a una mano a quienes necesitan ayuda”, contó Juan Pasquini, referente de Aldea Solidaria, en comunicación con CLG. «Actualmente, Ian está internado hace tres meses en el Vilela y no le pueden dar el alta hasta que no tenga un hogar adaptado a sus necesidades», explicó Pasquini.
https://www.facebook.com/laaldea.solidaria.10/posts/595344147806134
Mediante la gestión de la ONG, la familia de Ian recibió la adjudicación de un nuevo hogar que, producto de la pandemia que ralentizó los plazos, no va a poder habitar hasta el año próximo. Por lo tanto, los voluntarios de Aldea pusieron manos a la obra para poner en condiciones la casa natal de Ian, en Juan B. Justo al 8500, y de esa manera intentar que el chico abandone su internación en el nosocomio.
“Ian tiene que estar en un lugar adaptado a sus necesidades, donde se puedan instalar las máquinas que le permiten continuar con su vida y, principalmente, tiene que ser un espacio libre de humedad. Por esta cuestión, le estamos instalando las membranas, cambiando una ventana e impermeabilizamos todo por dentro. Por suerte, ya los estamos terminando y esperamos que Ian pueda volver a su casa», compartió Pasquini.
https://www.facebook.com/laaldea.solidaria.10/posts/625996268074255
«Era una encrucijada dejar a un chico viviendo en un hospital en esta época, por eso nos pusimos en movimiento. Por medio de Desarrollo Social conseguimos los materiales y entre todos pusimos la mano de obra», explicó el referente de Aldea Solidaria. Al mismo tiempo, detalló que fueron varias las dificultades con las que tuvieron que lidiar hasta el punto de ser víctimas de una estafa de parte de alguien que les prometió alquilarles una casa, para luego desaparecer con el dinero. «Alguien se tomó el trabajo de ver que estábamos buscando algo para alquilar para después engañarnos, realmente hay gente para todo», contó con pena Pasquini.
A partir del trabajo colectivo de los voluntarios, esperan que pronto Ian pueda regresar a su casa en las condiciones que su tratamiento requiere.
Mientras tanto, Pasquini compartió que continúan con el trabajo solidario para las 80 familias que reciben asistencia alimentaria en la esquina de Franco y San Jerónimo (cerca de Juan José Paso y las vías), respetando todas las normas de seguridad sanitaria que impone la pandemia. «Después de más de tres años de trabajo por suerte tenemos mucha gente que nos ayuda, y hasta creamos una red de comedores unidos donde hay casi 20 espacios que nos vamos ayudando permanentemente», explicó Pasquini. «Lo nuestro no es asistencialismo sino un trabajo coordinado entre el que necesita y quien puede dar. Nosotros somos una especia de nexo», agregó.
«Rescato el cuidado que hay en el barrio, con respecto a la distancia y el uso de barbijos, pero llega un momento donde la situación te obliga a salir a buscar comida para tu familia. Esperemos que se normalice un poco el tema de las changas, porque en el barrio se paró todo», concluyó Pasquini.