Surgió hace ya 11 años en la ciudad de Rosario y en este tiempo se ha ganado el reconocimiento de gran parte de la sociedad
El Servicio de Voluntarias de la Maternidad Martin surgió hace ya 11 años en la ciudad de Rosario y en este tiempo se ha ganado el reconocimiento de gran parte de la sociedad local. Se trata de un grupo de mujeres que se encarga de ayudar y suplir las necesidades de aquellas mujeres que llegan a parir o están por empezar una familia. Desde ropa hasta contención, las voluntarias están ahí. EQC Mujer dialogó con dos de ellas, Graciela Grondona – actualmente jefa del grupo – y Adriana Cattaneo, para conocer más de la iniciativa.
«Desde la Maternidad colocaron un aviso en el diario hace 11 años a ver si se podía crear un voluntariado», contó Graciela. «Al principio éramos muy poquitas, no teníamos lugar, apenas un cuartito chiquito para guardar donaciones», recordó; y con el tiempo se fueron expandiendo. Hoy son más de 30.
Estas mujeres tienen un trabajo sumamente activo en la Maternidad. En circunstancias normales tienen una oficina en el cuarto piso, donde están permanentemente en contacto con asistentes sociales para conocer las necesidades de las mamás. «Este año de pandemia, que no hemos podido estar mucho físicamente, lo que se hizo fue gestionar», reveló Adriana.
«Estábamos organizadas para ir de lunes a viernes por grupos, pero el 2020 arruinó los planes ya que la mayoría somos personas de riesgo por la edad», señaló Graciela, por su parte. A cargo de la entrega de pañales y otros elementos quedó una de las voluntarias que no estaba dentro del grupo de riesgo. «Este año fue maravilloso en cuanto a donaciones de todo tipo», remarcó.
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«Las asistentes evalúan cada uno de los casos y el grado de necesidad de esa familia que se está por formar. Ahí empieza nuestro trabajo para proveer: un coche, una cunita o ropa», detalló Adriana. Las voluntarias también atienden necesidades de «mamás que viven en centros municipales para mujeres con violencia de género». «Son mujeres que han tenido que irse en medio de una situación de violencia y se han quedado con el bebé sin nada», manifestó. Allí están ellas para abastecerlas.
Su trabajo es completamente ad honorem. Entregan su tiempo para poder aportar a aquellas madres que por distintos motivos las necesitan. Las voluntarias cuentan indiscutiblemente con la solidaridad de otras personas. Algunas donan dinero, otras ropa o juguetes o las distintas cosas que se van necesitando para cada caso.
«En fechas especiales hacemos campaña de búsqueda y entrega de regalos. Para las mamás y los bebés», indicó. Y confesó: «Emociona hasta las lágrimas cuando les das un regalo y te dicen: ‘Hace tanto que ya ni me acuerdo la última vez que regalé algo'».
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En el 2020, que fue tan particular en tantos sentidos, las voluntarias tuvieron que cambiar en algún punto su trabajo. «En marzo cuando empezó esto había que proveer de barbijos o tapabocas a la mamá que iban a hacerse controles o a parir. Fue una enorme campaña para conseguir barbijos, incluso hicimos barbijos cocidos a máquina para entregar», comentó.
Ellas están en un constante proceso de adaptación a las necesidades que vayan apareciendo. «Le buscamos la vuelta para atenderlas todas, y cada día son más», aseveró. Sobre eso, también enfatizó: «Las médicas han hecho un montón. La entrega, el contacto con las asistentes… Hay médicas muy comprometidas».
Para las personas interesadas en ayudar, Graciela destacó: «Todos los elementos que sean para mamás y bebés, bienvenidos sean: pañales, ropa, cochecitos, cunas». Pueden comunicarse con ellas a través de sus redes sociales para coordinar.