En la localidad balnearia comenzaron a detectar durante la temporada baja un comportamiento atípico
La pandemia y la modalidad del teletrabajo llevaron a muchas familias a abandonar las grandes ciudades y probar una vida distinta, con mayor contacto con la naturaleza y desde Villa Gesell aseguran que esa es una urbe elegida para estos nuevos protagonistas de la migración interna.
La ciudad está ahora mismo reinventándose, aseguran desde el municipio.
En la localidad balnearia comenzaron a detectar durante la temporada baja un comportamiento atípico: quienes solicitaban el permiso en marzo empezaban a estirar cada vez más sus fechas de salida para pasar de una simple escapada de fin de semana a visitas más largas y duraderas.
En abril esta tendencia se consolidó: más de 15.000 personas ingresaron a la Ciudad y un 40% solicitó la estadía por más de un mes, mientras que un 15% lo hizo para el resto del año.
Esto significa no solo visitas más largas, sino visitantes que tienen planes de instalarse en el destino o, al menos, vivir la experiencia de una residencia semipermanente o permanente.
«Se trata de personas que vienen por una motivación no solo turística, sino ya con una intención de atravesar la pandemia y realizar sus actividades laborales en un contexto distinto», señala el Secretario de Turismo Emiliano Felice. La mayoría, refiere, alquila una vivienda o se radica en su propiedad que antes era solo de veraneo.
Según datos del Municipio, en lo que va del 2021 más de 2000 familias se mudaron a Gesell, una tendencia que se profundiza y parece haber llegado para quedarse. La búsqueda de entornos naturales frente a una pandemia que persiste y la posibilidad de trabajar desde casa con la playa y el bosque a pocas cuadras, sumado a una Ciudad que cuenta con la infraestructura necesaria para recibir verano tras verano a casi cinco veces su población (45.000), son algunos de los factores que explican esta nueva realidad.
«En 2020 comenzamos a conversar la idea con mi pareja. En enero nos escapamos una semana de vacaciones y en marzo volvimos con las valijas y decidimos quedarnos. Hace varios años somos propietarios, pero siempre vimos el destino como algo vacacional, hasta hoy. Ahora llevamos un estilo de vida más tranquilo y estamos pensando en realizar una inversión para terminar de instalarnos de forma definitiva».
El testimonio es de Mariano, que a sus 42 años decidió dejar la provincia de Buenos Aires y animarse a probar la vida en Villa Gesell con su pareja.
Pilar, 28 años, fue otra de las personas que en busca de un estilo de vida distinto se mudó con su pareja a principios de este año. «Hace 10 años que pasamos todos los veranos en un departamento de la familia en Villa Gesell.
En enero me encontré trabajando con la computadora desde mi departamento en Olivos y me pregunté, ¿por qué no?».
Asegura que encontraron el equilibrio perfecto entre home- office y tranquilidad, y cuenta que cada vez son más los amigos que les consultan sobre su nueva vida y las oportunidades allí.
Particularmente, las localidades del Sur del Partido -Mar de las Pampas, Mar Azul y Las Gaviotas- que en el verano resultaron un verdadero «boom» con una ocupación plena durante toda la temporada son las más codiciadas para quienes buscan torcer sus estilos de vida y llevar una vida más «sustentable».
Desde las inmobiliarias afirman que cambiaron el enfoque de las consultas: «Antes la preocupación principal era la distancia al mar, ahora lo son el tipo de conectividad, la velocidad de internet, las oportunidades laborales, los servicios de salud y la oferta cultural, entre otros».
Sergio Coronel, presidente del Centro de Martilleros y Corredores de Villa Gesell, asegura que «se observa una tendencia muy marcada de los que ya son propietarios y sus parientes a quedarse más tiempo en la ciudad, teletrabajando», y agrega que «los motivos que explica este fenómeno es que acá los valores son muy inferiores a los de Capital y el Conurbano».
En Villa Gesell los departamentos o dúplex de dos ambientes parten de US$ 60 mil, los de tres ambientes arrancan en US$ 70 mil y por una casa familiar se piden al menos US$ 100 mil.
En el caso de los alquileres los valores para una casa de dos a tres ambientes rondan en los 15 mil pesos a 25 mil pesos respectivamente. «Los valores son comparables, pero ¿cuánto vale la posibilidad de vivir entre playas y bosques?», se pregunta Coronel.