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Ecuador en crisis

Video: nueva jornada de protestas en Quito contra el gobierno de Moreno


 

Ciudades aisladas, pérdidas millonarias, advertencias sobre amenazas a la seguridad alimentaria y problemas en el abastecimiento de combustibles, gas y agua configuran el dramático panorama en el que se hundió Ecuador tras la rebelión popular contra las medidas de ajuste económico anunciadas hace once días por el gobierno.

Desde el pasado 1 de octubre, cuando el presidente Lenín Moreno eliminó el subsidio a los combustibles y se dispararon los precios de las naftas de mayor consumo, se sucedieron las protestas de los movimientos indigenistas, sindicatos y movimientos sociales, en medio de denuncias sobre la violencia de la represión policial.

Las calles de Quito son desde hace días escenario de grandes bataholas entre manifestantes y policías, huelgas, bloqueos de calles y autopistas, contexto en el que las autoridades han reportado al menos cinco víctimas mortales y cerca de 900 detenidos. Ese sábado, nuevas protestas generaron enfrentamientos con militares.

El diario El Comercio publicó este sábado en su edición digital un amplio informe acerca de la situación creada en el interior del país a causa de este conflicto, con informes basados en fuentes empresariales, sindicales e independientes que ponen en evidencia la magnitud la crisis.

El informe señala que los bloqueos de carreteras han provocado problemas en el abastecimiento de agua, alimentos y combustibles en varias provincias, donde distintas ciudades quedaron aisladas.

En Carchi, Imbabura, Cotopaxi, Tungurahua, Chimborazo y Azuay comenzaron a escasear insumos básicos, al punto de que la Asociación Nacional de Fabricantes de Alimentos y Bebidas advirtió que el bloqueo de las vías «ha afectado la seguridad alimentaria» del país.

El sector lácteo denunció pérdidas por 3,6 millones de dólares desde el inicio de las protestas, mientras la Unión de Productores de Huevos se declaró en emergencia y los productores de flores declararon su temor de caer en la ruina.

También se multiplican las quejas de los granjeros, que advierten que no pueden alimentar a sus aves por los trastornos en el transporte de maíz.

«Va a haber una tasa de mortalidad alta de las aves», advirtió Marisol Molina, directora de ese conglomerado de productores.

El Comercio indicó que otro sector afectado es el petrolero, que hasta el viernes pasado había dejado de percibir 47,39 millones de dólares por la paralización del oleoducto estatal.

Desde el miércoles está paralizado el bombeo de petróleo en el Sistema de Oleoducto Transecuatoriano (SOTE), que transporta el crudo extraído de los pozos ubicados de la Amazonía, pero cuya producción ha disminuido al 30 por ciento tras ser tomados por manifestantes, dijo la petrolera estatal Petroamazonas.

Foto: EFE

El Gobierno se vio forzado a habilitar cinco puentes aéreos para abastecer de alimentos y productos de primera necesidad a Cuenca, Quito, Guayaquil, Latacunga y Manta.

A su vez, la agencia EFE informó que la Cámara de Comercio de Guayaquil, la ciudad más poblada de Ecuador, estimó a inicios de la semana que el perjuicio económico en el sector productivo nacional ascendía a unos 260 millones de dólares, suma a la que se deberá agregar el perjuicio de los siguientes días.

Ayer, el presidente Moreno llamó a las comunidades indígenas que encabezan las protestas a sostener un «diálogo directo» para buscar una solución al conflicto, pero la dirigencia del movimiento rechazó el convite y advirtió que no negociará si el gobierno no deroga antes el decreto que eliminó el subsidio a los combustibles.

Moreno lanzó su propuesta al diálogo en momentos en que policías y manifestantes se enfrentaban en las cercanías de la sede del parlamento, en Quito, en medio de denuncias por la violencia de la represión.

No obstante, el gobierno ratifico que no retrocederá en su decisión de eliminar los subsidios, una medida adoptada en el marco de un ajuste económico acordado con el FMI.

Ecuador está bajo un «estado de excepción» decretado la semana pasada por Moreno, quien ante la fuerza de las protestas se decidió a mudar temporalmente la sede del Gobierno a Guayaquil, a unos 400 kilómetros al sur de Quito.