Las aguas de JxC volvieron a agitarse esta semana cuando María Eugenia Vidal insinuó públicamente la posibilidad de subirse a la carrera presidencial para el 2023, en la que también se anotó la titular del PRO y mano derecha de Macri, Patricia Bullrich
La alianza opositora Juntos por el Cambio (JxC) cierra una semana marcada por una creciente tensión interna, luego de que la exgobernadora bonaerense María Eugenia Vidal admitiera públicamente la posibilidad de asumir una candidatura presidencial en 2023, aspiración que también persiguen otros dirigentes del espacio, como el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, y que tampoco descarta el propio Mauricio Macri.
La exmandataria bonaerense se muestra metida de lleno en el escenario electoral de cara a las legislativas de este año y en la interna de la coalición y, mientras Macri puja por mantener vivo su liderazgo en la alianza opositora, Rodríguez Larreta intenta surfear con éxito el fuerte impacto de la segunda ola de coronavirus en el distrito que gobierna.
Las aguas de JxC volvieron a agitarse esta semana cuando María Eugenia Vidal insinuó públicamente la posibilidad de subirse a la carrera presidencial para el 2023, en la que también se anotó la titular del PRO y mano derecha de Macri, Patricia Bullrich.
«¿Y Vidal?», respondió la exgobernadora, anotándose ella misma, al ser consultada sobre si prefería a Macri o a Rodríguez Larreta como candidato presidencial en dos años.
Enseguida buscó suavizar su declaración al aclarar: «Me gustaría algún día, pero no tengo desesperación por ningún cargo», aunque volvió a la carga al señalar que «después de ocho años en la Ciudad y cuatro en la Provincia, tengo alguna experiencia para aportar».
Más a corto plazo, Vidal se negó a definir si este año será candidata en las legislativas de medio término y argumentó que el proceso electoral acaba de posponerse para septiembre debido a la segunda ola de la pandemia por coronavirus.
De todos modos, en diálogo con radio La Red el jueves pasado, dejó claro que sea candidata o no, va a «hacer campaña» por el conglomerado opositor que conforman el PRO, la UCR y la Coalición Cívica.
Con todo, la definición de Vidal movió el tablero de JxC, justo el mismo día que Macri aterrizaba en Córdoba para presentar su libro «Primer Tiempo».
La visita de Macri a esa provincia no estuvo exenta de sobresaltos: el expresidente sufrió un escrache, que incluyó insultos por parte de personas que lo aguardaban en las puertas del grupo de medios Cadena 3, donde arribó para una entrevista en compañía de su secretario privado, Darío Nieto, apuntado por la Justicia en la causa que investiga el presunto espionaje ilegal durante la gestión de Cambiemos.
Vidal reapareció en escena a mediados de abril, tras un breve período alejada del ojo público, con la presentación de su libro «Mi camino», y a partir de allí inició un creciente raid mediático que tuvo ayer en la voz de la propia exgobernadora una definición que resonó en los despachos de la sede del Ejecutivo porteño, en el barrio de Parque Patricios.
Rodríguez Larreta, por su parte, atravesó una semana marcada por la crítica situación epidemiológica en la Ciudad, que tuvo picos de contagios por encima de los 3.000 casos promedio, un panorama que obligó al alcalde porteño a volver sobre sus pasos y a suspender las clases presenciales en el distrito, algo que lo mantenía en puja con el Ejecutivo nacional y que llevó con un planteo de inconstitucionalidad ante la propia Corte Suprema de Justicia.
«Estamos convencidos que en este momento es importante llevar tranquilidad, trabajando de forma coordinada con Nación y el resto de las provincias, y como son solo tres días hábiles, tomamos la decisión de que el miércoles, jueves y viernes los chicos no van a tener clases. Esos días se van a recuperar del 20 al 22 de diciembre», anunció Rodríguez Larreta el jueves pasado en una conferencia de prensa en la que además confirmó la adhesión de la Ciudad a los 9 días de confinamiento dispuestos por la Casa Rosada.
En esa oportunidad, el alcalde reconoció que «la situación es crítica y preocupante», tras lo cual se mostró predispuesto a seguir dialogando y coordinando con Nación y el resto de las jurisdicciones las medidas de cuidado destinadas a frenar la ola de contagios, una postura que mantuvo durante el inicio de la pandemia, el año pasado, y que le valió fuertes críticas por parte del ala dura del PRO, encarnada en Bullrich y Macri, que busca acicatear la polarización.
Un artículo publicado días atrás por el diario británico The Guardian reflejó la «politización de la pandemia» en la Argentina, en medio de la «devastadora» segunda ola que atraviesa el país y consignó que, ante el inminente escenario electoral, Juntos por el Cambio «luchó con uñas y dientes» contra las medidas de cuidado dispuestas por el Gobierno para frenar la exponencial suba de contagios de Covid-19.
Bajo el título «La gente se muere en menos de una semana: la ola de Covid agarra a la Argentina con la guardia baja», la nota publicada el jueves pasado traza un panorama de la ocupación de camas en unidades de terapia intensiva (UTI) a lo largo del país, el estado del plan nacional de vacunación, la fatiga de la población y el personal médico, y los índices de contagios y de muertes diarias por coronavirus en relación a otros lugares del mundo.
«La situación se agravó por la politización de la pandemia, con las elecciones legislativas de medio término en octubre y con los aspirantes presidenciables para las elecciones generales de 2023 compitiendo por una nominación», evalúa el artículo.
Y agrega: «La oposición de centroderecha de la Argentina, Juntos por el Cambio, luchó con uñas y dientes contra las restricciones que la administración progresista y peronista del presidente Alberto Fernández buscó imponer, alegando que las medidas sanitarias son una restricción a las libertades personales».
En su balance, The Guardian consigna la intervención de la Corte Suprema en la disputa entre los Estados nacional y porteño por la continuidad de las clases presenciales en la ciudad de Buenos Aires.
En ese punto, caracteriza a Rodríguez Larreta como un dirigente que «desea ganar la nominación dentro de su coalición» para las elecciones presidenciales de 2023.
El alcalde porteño «fue uno de los que más luchó contra el cierre de las escuelas, deseando no ser superado por otros aspirantes a la Presidencia dentro de su coalición -como la exministra de Seguridad Patricia Bullrich-, quienes son incluso más críticos de la actual administración peronista», analiza el diario británico.