La boxeadora rosarina compartió su experiencia en redes sociales y pidió a la comunidad no descuidar los controles ginecológicos: “Tenemos salud pública, no hay excusas”
La campeona mundial de boxeo Victoria “La Leona” Bustos sorprendió este miércoles al publicar un video en sus redes sociales donde relató con claridad y valentía que desde hace unos meses atraviesa un tratamiento por lesiones uterinas provocadas por el Virus del Papiloma Humano (VPH), detectadas tras un papanicolaou (PAP) de rutina. “Gracias a los controles anuales, pudieron detectarlo a tiempo”, explicó.
La deportista contó que fue su ginecólogo quien, luego de los resultados, la llamó para que se acercara al dispensario y le explicó que había dado positivo para HPV tipo 3, una de las variantes más agresivas. A raíz del diagnóstico, Bustos tuvo que someterse a una intervención quirúrgica. “Es muy importante saber que este tipo de lesiones, si no se tratan, pueden derivar en cáncer de cuello uterino”, explicó.
En su publicación, Bustos puso el foco en la prevención: “Cuídense, háganse los estudios correspondientes. Tenemos salud pública en nuestro país, así que no hay excusas”. Además, destacó el acompañamiento del sistema sanitario y agradeció uno por uno a los profesionales del Hospital Eva Perón de Granadero Baigorria que la atendieron durante el proceso.
El testimonio de Bustos fue recibido con una enorme muestra de apoyo en redes y sirvió para visibilizar una problemática de salud que afecta a millones. Según datos oficiales, el 80% de la población estará en contacto con el VPH en algún momento de su vida, aunque solo una parte desarrollará lesiones. De allí la importancia de la vacunación, el uso del preservativo y los controles médicos periódicos.
Con más de una década en el boxeo profesional y títulos en dos categorías distintas, “La Leona” es una de las máximas referentes del deporte argentino. Con su mensaje, volvió a ponerse los guantes, esta vez en el ring de la conciencia pública, transformando una experiencia personal difícil en una herramienta colectiva de prevención.
¿Qué es el HPV?
El Virus del Papiloma Humano (VPH, o HPV por sus siglas en inglés) es una familia de virus que puede afectar la piel, la zona de la boca, la zona genital o anal. Existen más de 200 tipos de virus, pero poco más de 40 afectan la zona genital y pueden dividirse en dos grandes grupos:
Los VPH denominados «de bajo riesgo«, que generalmente se asocian a las lesiones benignas, como las verrugas y que no evolucionan a lesiones precancerosas o cáncer.
Los VPH denominados «de alto riesgo» pueden llegar a provocar la alteración de las células generando lesiones precancerosas, que con el tiempo pueden evolucionar y convertirse en un cáncer.
¿Cómo se transmite el HPV?
El VPH genital se transmite de una persona a otra, mediante el contacto piel con piel en las relaciones sexuales. El virus no se contrae al usar inodoros, compartir cubiertos o en la piscina.
Es un virus de fácil transmisión y es muy común. Se estima que 4 de cada 5 personas (es decir, el 80%) van a contraer uno o varios de los tipos de VPH en algún momento de sus vidas. Tanto mujeres como varones pueden contraer y transmitir el VPH.
¿Cuáles son los síntomas del HPV?
La mayoría de las veces la infección por VPH no presenta síntomas evidentes y el sistema inmunológico se encarga de curarla de manera espontánea. En general los VPH de bajo riesgo producen verrugas en los genitales o ano: protuberancias o abultamientos que pueden ser de diversos tamaños y que en casos graves suelen tener forma de «coliflor». Las verrugas se pueden tratar, aunque pueden volver a aparecer si el sistema inmunológico de la persona no ha eliminado totalmente el VPH. Los tipos de VPH que provocan verrugas no provocan cáncer. Los VPH de alto riesgo no suelen dar síntomas.
Tener VPH no significa que se vaya a desarrollar una lesión. Se estima que solamente el 5% de las infecciones por VPH no desaparecen solas y se vuelven persistentes. Sólo si la infección persiste por muchos años, (se calcula de 5 a 10 años), los VPH de alto riesgo oncogénico pueden causar lesiones en el cuello del útero que pueden evolucionar al cáncer.
¿Cómo se detecta el HPV?
La prueba de Papanicolaou (comúnmente llamado PAP) y la prueba del Virus del Papiloma Humano son dos tipos de revisiones médicas que permiten identificar alteraciones en el cuello del útero que dan cuenta de la posibilidad de que se desarrolle cáncer cervical. La prueba recomendada para estos controles te la indicará el equipo de salud según tu edad y disponibilidad.
El Papanicolau es un examen pélvico que permite detectar alteraciones en las células del cuello del útero antes de que se desarrolle el cáncer. Consiste en introducir un espéculo en la vagina para separar las paredes y, posteriormente, recoger una muestra de las células del cuello del útero con una espátula o cepillo. Esta muestra se envía al laboratorio para ser analizada y detectar alteraciones celulares anormales. Se recomienda a todas las personas con útero entre los 21 y los 64 años. La edad de inicio de los controles se puede adelantar o extender en algunas poblaciones particulares, como la de personas que viven con el VIH o personas inmunocomprometidas.
El PAP:
- Es un examen sencillo que no requiere anestesia
- Es gratuito en Centros de Salud y hospitales de todo el país
- Lo realizan los profesionales de la salud.
- Para realizarlo, no se debe estar menstruando ni haber tenido relaciones sexuales 48 horas antes
- Es recomendable que todas las mujeres cis y varones trans se realicen el PAP periódicamente.
Si el resultado del PAP es negativo significa que no se detectaron lesiones en el cuello del útero. Si el resultado del PAP es anormal o con alteraciones significa que hay algún tipo de lesión que es necesario controlar y, si es necesario, iniciar el tratamiento. El PAP se realiza de forma gratuita en los centros de salud y hospitales de todo el país.
Por su parte, la prueba del virus del Papiloma Humano detecta los tipos de virus del papiloma humano de alto riesgo que pueden provocar cáncer cervical. El proceso es similar al del Papanicolau.
¿Cómo se previene el HPV?
Usado correctamente, el preservativo reduce el riesgo de transmisión del VPH. Sin embargo, no lo elimina del todo ya que el virus puede alojarse en puntos de la zona genital-anal que no quedan protegidos por el preservativo. Aún así, se aconseja siempre su uso ya que también previene otras infecciones de transmisión sexual.
Con el fin de detectar lesiones en forma temprana y prevenir el desarrollo de cáncer de cuello uterino, se recomienda la realización del Papanicolaou y/o test de VPH como método de control a todas las personas con útero entre los 21 y los 64 años. La edad de inicio de los controles se puede adelantar o extender en algunas poblaciones particulares, como la de personas que viven con el VIH o personas inmunocomprometidas. La prueba recomendada para estos controles te la indicará el equipo de salud según tu edad y disponibilidad.
En Argentina la vacuna incluida en el calendario es la conocida como tetravalente. Esta previene de los dos genotipos de alto riesgo más frecuentes (HPV-16 y HPV-18), responsables de cerca del 80% de los casos de cáncer de cuello uterino. Y protege además contra otros dos genotipos de bajo riesgo (HPV-6 y HPV-11), que se asocian con verrugas genitales.
A partir de octubre de 2011, la vacuna contra el VPH forma parte del Calendario de Vacunación argentino para todas las niñas a los 11 años. A partir de 2024, según recomendación de la OMS, se recomienda aplicar una sola dosis de vacuna. En el caso de las niñas y mujeres no incluidas en esta estrategia (las que tenían más de 11 años en octubre de 2011) será necesaria la evaluación individual por parte de un profesional médico, quién definirá en cada caso la necesidad de su adquisición y aplicación en el sector privado. También, se indica la vacuna a todas las personas inmunocomprometidas, con VIH o con trasplantes de órganos entre 11 y 26 años. En estos casos se indican 3 dosis (0-2-6 meses).
Por último, en enero de 2017 se incorporó al Calendario de Vacunación a los varones de 11 años que nacieron a partir de 2006. También se recomienda aplicar una sola dosis. De esta forma, no sólo se disminuye la circulación del virus y, como consecuencia, de la enfermedad en la mujer, sino que también se evita que ellos se contagien de enfermedades asociadas al virus, como cáncer de pene, ano, boca o verrugas genitales. Los casos de cáncer de ano, y de boca y garganta están en aumento y, al contrario de lo que ocurre con el cáncer del cuello uterino, no hay pruebas para detectarlos, por lo que se los identifica en una etapa más avanzada, cuando es más difícil tratarlos.
Seguridad y efectividad de la vacuna
La vacuna es muy efectiva en reducir la circulación de los genotipos de alto riesgo. En países con buenas coberturas de vacunación, los virus VPH 16 y 18 disminuyeron en un 68%, y la presencia de verrugas genitales producidas por virus de bajo riesgo disminuyó en un 61%.
¿Cómo se trata?
No existe ningún tratamiento que cure el virus. Sí pueden tratarse las verrugas o lesiones que provoca el VPH. Las lesiones de bajo grado en general no necesitan tratamiento. Para las otras, según el tipo de lesión se determinará el tipo de tratamiento.