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Víctor y Rita, los abuelos que hacen juguetes para los que no tienen


Tienen más de 80 años, son jubilados y sobre todo ejemplo de solidaridad. Construyen juguetes hace 10 años. Conocé porqué fundaron y qué es UPA

Tienen más de 80 años, son jubilados y sobre todo ejemplo de solidaridad. Construyen juguetes hace 10 años. Conocé porqué fundaron y qué es UPA

Por Belén Corvalán

Víctor Bardeci tiene 83 años y Rita Merlo 85. Ambos son jubilados. Están casados hace 61 años, con seis nietos y una bisnieta. Hace diez años que montaron un taller de juguetería en su hogar con el objetivo de hacer juguetes para todos aquellos que no tienen. Así le dieron vida a UPA (Unidos Para Ayudar), la organización que fabrica juegos infantiles con el principal elemento de la solidaridad y el amor.

Después de ser voluntarios del Banco de Alimentos durante más de 10 años, se les ocurrió la idea de ir a visitar a los niños a los comedores, y fue allí donde Víctor reparó rápidamente en que no había juguetes. “Iban y comían, y solo tenían alguna que otra pinturita, pero nada para jugar”, cuenta en diálogo con CLG.

Fue así que Víctor un día de 2009 llegó a su hogar y le propuso a Rita crear juguetes para que éstos sean distribuidos a las escuelas rurales del norte argentino o a distintas provincias del interior del país donde los necesitan.

Actualmente, calculan que desde que empezaron ya superaron la fabricación de 15 mil unidades.

Desde autitos, trencitos, camiones, juegos de dominó, damas, tatetí, ajedrez, muñecas, hasta títeres de mano y de dedo, son parte de los objetos que diseñan. “Son hermosas las piezas, todos nos lo dicen. Porque nosotros queremos que el juguete que va a recibir el chico sea de lo mejor, porque quizás sea el único que tengan en toda su infancia, entonces tiene que ser de lo mejor”, remarca Víctor.

Aunque en fechas como Navidad y Reyes Magos la demanda es mayor, ellos se dedican a esta tarea a lo largo de todo el año. “También preferimos hacerlos en momentos en que los chicos no los están esperando, así la sorpresa es mucho más grande. A nosotros nos gusta esa fantasía de que el niño de golpe vea que alguien pensó en él”, dice Víctor con una alegría que lo desborda.

Una vez embarcados en la aventura de la fabricación, Rita desempolvó la máquina de coser, y comenzó con la preparación de muñecas y títeres de dedos, mientras que Víctor se ocupó de los autitos y los juegos de mesa. Luego de trabajar casi ocho años solos, y gracias a los medios de comunicación que difundieron lo que hacían, nuevos voluntarios comenzaron a sumarse a la iniciativa.

“Comenzamos haciendo talleres en el Hospital Italiano y en el Banco de Alimentos. Actualmente en la semana hay alrededor de 45 voluntarios”, cuenta Víctor. A la vez que menciona que ellos les dan los materiales, que muchos son donados o comprados por ellos mismos. “Usamos muchos recortes, todo lo que tira la industria nosotros lo agarramos”.

“La mayoría de cosas de corte de madera y costura lo hacemos en casa, después se complementa con lo que hacen los voluntarios en los talleres en horario fijo, o los que son voluntarios externos que se llevan materiales y luego los entregan ya listos. Los empaquetamos y los preparamos para que sean repartidos”, relata Víctor respecto a la organización.

“Los juguetes son como salidos de una juguetería para que el chico vea que está lindo para él”, agrega.

“El argentino es solidario, solo hay que encontrarle la vuelta. Además, esto también nos demostró que es muy terapéutico, y gratificante para quien hace el juguete. No hace falta tener habilidad especial, no hace falta tanto, solo ganas”, resalta Víctor, y añade que entre los voluntarios hay una mujer que tiene 90 años. “Muchas veces uno no se da cuenta todo lo que es capaz de hacer, hasta que no empieza. Todas las obras se hacen con mucho amor, entonces salen bien, indudablemente es así”, dice.

Para terminar, Víctor mencionó su principal anhelo para el año próximo: “Mi deseo es que no tengamos que repartir más regalos porque no haya más chicos pobres, pero desgraciadamente hay muchos, y vamos a tener que seguir, pero ojalá nosotros no fuéramos necesarios. Por eso deseo que podamos hacer muchos más de miles de juguetes para que muchos más miles de chicos estén contentos”.