Dos letales enemigos de "El hombre araña" se enfrentan para disputarse el título en "Venom: Carnage liberado"
Por Mario Luzuriaga
El cine basado en personajes de cómics no cesa y en esta oportunidad regresa un mítico personaje de la franquicia de «El Hombre Araña», y ese es nada más y nada menos que «Venom». En esta secuela, el antihéroe deberá enfrentarse a un simbionte más poderoso y desquiciado llamado Carnage.
Cletus Kasady (Woody Harrelson) es un convicto sentenciado a muerte, debido a que es un asesino serial. Cómo última petición requiere la presencia del periodista Eddie Brock (Tom Hardy), para que le haga una entrevista. El reo muerde a Brock y eso hace que su sangre contaminada por el simbionte Venom, traspase al cuerpo de Kasady ingresando uno nuevo y mucho más letal, que adquiere el nombre Carnage (cuyo significado sería matanza).
Creado en los años 90 por el guionista David Micheline y el dibujante Mark Bagley, Carnage es un simbionte por demás de agresivo y letal que tuvo interesantes historias en los cómics; la más relevante en «Maximum Carnage». Allí El Hombre Araña y Venom unen fuerzas para eliminar a este villano psicótico y su compañera Shriek, junto con otros villanos de la galería de Marvel.
Aquí el director Andy Serkis se toma la libertad de adaptar a la pantalla grande a este personaje. La película deja mucho que desear y la hace tonta, ya que la relación entre Venom y Brock es la de una pareja. Discusiones, berrinches y un hambre atroz, hace de Venom un personaje tontuelo y agotador.
Quien se lleva los laureles es Woody Harrelsson, que le aporta (lo que puede) a la creación de este villano. Después no esperen más que ver piñas, destrozos y muchas cosas sin sentido. Si quieren desconectar el cerebro durante una hora y media, esta es su película.
Calificación: Regular.