La crisis venezolana se debate este sábado fuera de las fronteras del país sudamericano, con Estados Unidos y Rusia enfrentándose en un intrincado debate en el Consejo de Seguridad de la ONU y con la Unión Europea (UE) abandonando el letargo por una postura mesurada.
El jefe de la diplomacia estadounidense, Mike Pompeo, ha acusado a Moscú de sostener y proteger al “Estado mafioso ilegítimo” de Nicolás Maduro, al tiempo que ha pedido que se reconozca a Juan Guaidó como el líder para avanzar hacia la democracia. El representante ruso en la ONU, Vassily Nebenzia, ha respondido acusando a Washington de “orquestar un de golpe de Estado”.
El representante ruso ante el organismo, Vassily Nebenzia, expresó su rechazo a discutir en el ámbito del Consejo de Seguridad la situación del país sudamericano porque es una cuestión interna que no supone «ninguna amenaza para la paz y la seguridad».
Sin embargo, el secretario de Estado norteamericano, Mike Pompeo, matizó que «el pueblo venezolano «se muere de hambre» y que por eso es necesario sacar a Maduro del poder. «Tenemos un nuevo presidente en Venezuela, Juan Guaidó que ha prometido celebrar elecciones y devolver el orden constitucional», aseveró el secretario estadounidense.
Dada la división en el Consejo de Seguridad, donde los miembros permanentes tienen derecho a veto, parece difícil que se tome una decisión o que haya un comunicado oficial. Sin embargo, la presión sobre Maduro crece a ambos lados del Atlántico.