En las elecciones se prevé un cómodo triunfo del chavismo y una baja participación ciudadana ante la abstención dispuesta por la mayoría de la oposición
Venezuela renovará este domingo en las urnas la composición de la Asamblea Nacional (AN, parlamento unicameral) en comicios para los que se prevé un cómodo triunfo del chavismo y una baja participación ciudadana ante la abstención dispuesta por la mayoría de la oposición.
Las elecciones determinarán el regreso del oficialismo al control absoluto de los cinco poderes públicos del país luego de que la AN tuviera una holgada mayoría opositora en los últimos cinco años, por primera y única vez desde la llegada del chavismo al gobierno en 1999.
Asimismo, para el grueso de la oposición significará el fin de los argumentos legales que le permitieron designar un gobierno interino paralelo encabezado por el titular de la AN, Juan Guaidó, tras desconocer el mandato actual del presidente Nicolás Maduro por considerar que surgió de elecciones irregulares.
Los comicios están rodeados de una polémica que proyectará sus consecuencias en el tiempo, pues la mayoría de la oposición, Estados Unidos, la Unión Europea (UE) y el Grupo Internacional de Contacto anunciaron que los desconocen.
También los rechaza la Iglesia católica, que el lunes dijo en un comunicado de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV) que “el evento electoral convocado para el próximo 6 de diciembre, lejos de contribuir a la solución democrática de la situación política que hoy vivimos, tiende a agravarla”.
Los cuestionamientos se deben en buena medida a la decisión del gobierno de Maduro de no postergar los comicios con el fin de garantizar un acceso más equitativo de la oposición.
El aplazamiento había sido solicitado por un sector encabezado por el ex candidato presidencial Henrique Capriles y por la UE, que fue invitada a observar el proceso electoral cuando este ya estaba en marcha.
El oficialismo respondió que la Constitución exige que las elecciones se efectúen a más tardar a comienzos de diciembre para que los legisladores electos puedan asumir sus bancas en la fecha establecida del 5 de enero.
También se objetaron las reformas de la cantidad de diputados que tendrá la AN (de 167 a 277) y del sistema de votación, dispuestas con menos de los seis meses de antelación fijados por la carta magna.
Además de elegirse diputados nominales y por listas, parte de los legisladores surgirán de nóminas nacionales sin representación regional ni proporcional a la población, y los tres parlamentarios indígenas ya no serán escogidos en forma directa por los ciudadanos.
Asimismo, tanto la oposición interna como la externa discrepó con que decenas de dirigentes y partidos estén inhabilitados, así como que varias agrupaciones fueran intervenidas judicialmente y puestas bajo la conducción de autoridades afines al gobierno.
Las críticas al proceso electoral no involucran exclusivamente a la oposición tradicional al chavismo sino también a numerosas agrupaciones antes aliadas y escindidas en diversos momentos, como Podemos, Patria Para Todos (PPT) y, más recientemente, el Partido Comunista de Venezuela (PCV) y el Movimiento Bolivariano Revolucionario 200 (MBR 200), nucleados en la flamante Alternativa Popular Revolucionaria (APR).
De los comicios participarán 107 organizaciones políticas que inscribieron más de 14.000 candidatos, según la agencia de noticias Europa Press.
Así como previeron una baja participación de los poco más de 20,7 millones de ciudadanos habilitados, las encuestas reflejaron una mayor intención de voto para el Gran Polo Patriótico (GPP), la alianza oficialista encabezada por el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV).
Además de la APR, otros sectores minoritarios de oposición concurrirán en la Alianza Democrática (que nuclea, entre otros, a los tradicionales partidos Acción Democrática y Copei y a Avanzada Progresista, del ex gobernador Henri Falcón), en la Alianza Venezuela Unida (que lidera el aliado del gobierno Luis Parra) o por separado, como es el caso del Movimiento al Socialismo (MAS), otro antiguo socio del chavismo ahora distanciado.
Maduro se mostró el martes pasado confiado en el triunfo que le auguran encuestas y analistas: “Dejo mi destino en manos del pueblo de Venezuela; si vuelve a ganar la oposición en la AN, yo me voy de la Presidencia, yo no me quedaré más aquí”, dijo.
Mientras tanto, el sector mayoritario de la oposición, encabezado por Guaidó, pondrá en marcha la semana próxima una compleja consulta popular convocada desde la AN y para la que sondeos y analistas también anticiparon una baja adhesión.
Sin efectos vinculantes, ese sector preguntará a los ciudadanos si exigen el cese de la “usurpación” presidencial por parte de Maduro, si rechazan las elecciones parlamentarias de mañana y si respaldan las gestiones internacionales de Guaidó.
La compulsa se efectuará entre el lunes y el viernes de manera remota, a través de una aplicación para teléfonos móviles, y el sábado próximo en forma presencial, mediante puestos callejeros en Venezuela y 300 ciudades del exterior.