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Crisis política y social

Venezuela: oficialismo y oposición volvieron a manifestarse en las calles


El oficialismo y el antichavismo volvieron a pulsear este sábado en las calles de Caracas y otras ciudades de Venezuela, mientras se produjo un nuevo corte de energía en parte de la capital y varios estados en los que ya se había restituido el servicio eléctrico, luego de la falla del pasado jueves en la principal hidroeléctrica del país, que dejó sin luz a casi todo el territorio.

El presidente interino designado por la Asamblea Nacional (AN), Juan Guaidó, anunció que hará una gira por el país y pidió a los empleados estatales que “no sigan cooperando con el régimen” y se unan, en cambio, a las manifestaciones y los paros progresivos para avanzar en el proceso de “toma y conquista del poder”.

En medio del ya habitual canto de los antichavistas de “¡Guaidó amigo, el pueblo está contigo!”, el presidente encargado habló en plena Avenida Victoria de Caracas para anunciar que seguirán las manifestaciones y que buscará llevar a todos los diputados del país a la capital para una nueva gran protesta.

«Vamos a venir toda Venezuela a Caracas, porque los necesitamos a todos unidos; en este momento anuncio mi recorrido por toda Venezuela para traerlos a Caracas y lograr el objetivo», dijo Guaidó en la concentración.

Explicó además que la fecha y hora de sus visitas a los más de 20 estados federales los anunciará con apenas horas de antelación para evitar que lo «tranquen» en las rutas.

Además, el presidente interino -reconocido por cerca de 50 países- ironizó acerca de los apagones que hace tres días sufre el país, de los que responsabilizó a la administración de Nicolás Maduro: “Nos ha llegado a la época de la ruralidad”.

Un rato antes de la palabra de Guaidó, la Policía Nacional Bolivariana había intentado disolver la concentración con gases lacrimógenos, según la agencia EFE, que dijo haber constatado que un contingente antimotines impidió la circulación de los manifestantes.

También el chavismo sacó a la calle a sus seguidores y militantes, arengados desde la red Twitter por el propio Maduro: “Hoy, cuando el imperio de EEUU, en su desespero por echarle mano a nuestros recursos naturales, intensifica sus brutales agresiones contra la Patria, nos plantamos con firmeza para defender nuestra tierra y gritar con fuerza: ¡Yankee Go Home!”, escribió.

En esa misma línea, puso: “Recibo la marcha del heroico y noble pueblo venezolano que se encuentra movilizado, en resistencia y batalla permanente por nuestro derecho a la Paz y en rechazo a las agresiones imperiales”.

Con todo, una y otra marcha quedaron opacadas por los nuevos apagones que se dieron en varias regiones, y por las que Maduro volvió a culpar a “la agresión imperial”, en línea con lo que su administración ya había señalado ayer: que se trataba de una maniobra de los EEUU en alianza con la oposición interna.

Aunque el corte -en 22 de los 23 estados de Venezuela y responsable de múltiples trastornos a la mayoría de la población- parecía solucionarse con la progresiva vuelta de la energía, se produjeron nuevas interrupciones en amplias regiones.

Se potenciaron las quejas de los ciudadanos por los problemas en la atención de los hospitales, el abastecimiento de combustibles y el funcionamiento del comercio, el transporte público y las comunicaciones.

El diputado opositor Carlos Valero aseveró tener conocimiento de que «más del 80 % del país sigue a oscuras», sin ofrecer mayores detalles, pero el gobernador chavista de Miranda, Héctor Rodríguez, señaló que por estar el servicio en periodo de prueba «se generan fallas».

El ministro de Relaciones Exteriores, Jorge Arreaza, también usó Twitter para advertir que «los mismos que disfrutan pidiendo sanciones e invasiones militares contra su propio país, planifican y celebran ataques al sistema eléctrico».

Dos voces de aliados internacionales abonaron la tesis del sabotaje: el presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, se solidarizó con el Gobierno venezolano ante el “sucio hecho terrorista para doblegar la resistencia” y el boliviano Evo Morales habló de “cobarde atentado terrorista”.