Venezuela acusó este miércoles al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de promover una «insurrección militar» en el país, luego de que advirtiera en Naciones Unidas que su homólogo venezolano Nicolás Maduro podría ser «derrocado» por militares si éstos quisieran.
«Venezuela manifiesta su más enérgico rechazo ante las declaraciones belicistas e injerencistas emitidas por el presidente de Estados Unidos (…), orientadas a promover una insurrección militar en el país», señaló la cancillería en un comunicado.
Al intervenir el martes en la Asamblea General de la ONU en Nueva York, Trump dijo que el gobierno de Maduro «es un régimen que francamente podría ser derrocado muy rápidamente por los militares» venezolanos si decidieran hacerlo.
Para el gobierno venezolano, esas palabras evidencian «la política de cambio de régimen que promueve» Washington con la participación» de otros países latinoamericanos.
«Estas declaraciones no representan un elemento aislado, dado que emergen en un contexto de sucesivas amenazas de intervención militar en Venezuela y bajo el incremento de la presencia militar estadounidense en la región, tendentes a crear un conflicto regional de proporciones insospechadas», advirtió la cancillería.
Pese a la dureza de sus expresiones, Trump manifestó más tarde a periodistas que estaba dispuesto a reunirse con Maduro al margen de la Asamblea General.
El propio gobernante venezolano planteó esa posibilidad el martes temprano, antes de que Trump interviniera en el foro mundial. Según medios locales, Maduro estaría esta mañana viajando hacia Nueva York.
En el comunicado, el gobierno venezolano también expresó su respaldo a la Fuerza Armada, considerada por analistas como el principal sostén de Maduro.
El martes, Trump se burló de los soldados venezolanos que se dispersaron corriendo tras la explosión de un dron durante un desfile militar en el que Maduro daba un discurso el 4 de agosto en Caracas.
Maduro asegura que ese hecho fue un intento de asesinato en su contra, detrás del cual estaban factores de poder estadounidenses, el expresidente colombiano Juan Manuel Santos y opositores venezolanos.
El gobierno estadounidense impuso sanciones económicas contra la primera dama, Cilia Flores; la vicepresidenta, Delcy Rodríguez; el ministro de Comunicación, Jorge Rodríguez, y el ministro de Defensa, Vladimir Padrino López.
Las autoridades estadounidenses también anunciaron acciones contra una red que apoya a un supuesto testaferro del líder chavista Diosdado Cabello en Estados Unidos y embargó un avión privado de 20 millones de dólares.
Maduro consideró el martes ilegales e inútiles las sanciones y calificó de «cobardes» a los funcionarios que las impusieron.
Desde 2017, Estados Unidos ha sancionado a Maduro y decenas de autoridades venezolanas, acusándolas de romper el hilo democrático, violar derechos humanos, corrupción y narcotráfico.
Las tensiones entre los dos países -que carecen de embajadores desde 2010- aumentaron con la llegada de Trump a la Casa Blanca.