El presidente de la Pontificia Academia para la Vida, monseñor Vincenzo Paglia, lamentó hoy la media sanción que tuvo la legalización del aborto en la Argentina y aseguró que «suprimir una vida no es civilidad ni cristiano».
Asimismo, consideró que con la legalización de la interrumpción del embarazo «la sociedad se lava las manos dejando solas a las mujeres que toman esta terrible decisión».
Paglia dijo a Télam en Roma que «lamentablemente el clima favorable al aborto es un viento helado que sopla en tantas partes del mundo».
«Empuja a sostener el trabajo sucio de la muerte, en vez del debido y jubiloso de la vida. Y obviamente, muestra características de una sociedad que plantea lavarse las manos frente a la responsabilidad de no dejar solas y acompañar a las mujeres que llegan a esta terrible decisión», agregó la principal voz del Vaticano en temas de aborto y eutanasia.
«No debemos olvidar que la eliminación de una vida es siempre un drama, y sobretodo para esas mujeres», destacó Paglia, uno de los fundadores de la comunidad católica San Egidio.
«Un proyecto que de hecho certifica el trabajo de Poncio Pilatos de lavarse las manos frente a situaciones así dolorosas no es una conquista. Suprimir una vida no es civilidad, y tanto menos cristiano», criticó Paglia.
El prelado de 73 años, quien desde el 2016 es Gran Canciller del Pontificio en el Instituto «Juan Pablo II» para la Familia, recordó las palabras del futuro santo salvadoreño monseñor Oscar Romero durante la misa en honor a un sacerdote asesinado por escuadrones de la muerte.
«El Concilio Vaticano II pide a los cristianos de hoy ser mártires, o sea dar la vida, nunca quitarla. Menos a los más débiles. Nos pide dar la vida por los otos, como una mujer que queda embarazada, conserva al niño por nueve meses, lo hace nacer, lo amamanta, lo cuida… esta mujer es una mártir, porque da la vida por otros», recitó Paglia parafraseando al mártir centroamericano.
«Jamás hay que abandonar a estas mujeres, y este tipo de leyes favorece el abandono», agregó.