El diputado del Parlamento del Mercosur Eduardo Valdés presentó un escrito en el Tribunal de Dolores para que las legisladoras Elisa Carrió y Paula Oliveto Lago sean llamadas a declaración indagatoria. Según especifica el ex embajador del Vaticano en la solicitud, ambas “son partícipes necesarias de la organización mafiosa” que se investiga por supuesto espionaje a políticos, miembros de la Justicia y periodistas.
A través de su cuenta de Twitter, Valdés publicó una serie de explicaciones sobre lo que consiste esta medida que llevó ante el Alejo Ramos Padilla. Según especificó, tiene veinte páginas compuestas de «pruebas contundentes» sobre la vinculación de las diputadas en este caso. Específicamente, pide que se las investigue por «instigación al falso testimonio» y «soborno».
Es un escrito de veinte páginas con pruebas contundentes de que utilizaron espionaje ilegal para fabricar una denuncia en mi contra y encubrir a D’Alessio.
Son partícipes necesarias de esta organización mafiosa. pic.twitter.com/aBY4OXQZlM— Eduardo Valdés (@eduardofvaldes) May 16, 2019
El ex embajador del Vaticano solicitó que esta denuncia se sume a la anterior que él mismo había realizado alegando que había sido espiado, lo que se reveló en el marco de la causa contra Leonardo Fariña y la llamada ruta del dinero K. En ese sentido, aseguró: «Lo guionaron para que, como arrepentido, incriminara a Cristina Fernández de Kirchner».
Por su parte, cito en mi pedido la declaración de la Doctora Giselle Robles, quien mostró el rol de Oliveto en la liberación de Fariña, a quien guionaron para que, como arrepentido, incriminara a @CFKArgentina
En los chats, la diputada se denominaba una "chica valiente del sur" pic.twitter.com/dYQgM773SN— Eduardo Valdés (@eduardofvaldes) May 16, 2019
En su escrito, destaca que «existen elementos de cargo suficientes que permiten sospechar la participación de ambas» en la red criminal. Además, que «las conductas desarrolladas por las diputadas exceden a todas luces del rol de meras consumidoras de material ilícito proveniente de espionaje político».
Valdés califica que ambas mujeres tuvieron un «rol preponderante en los múltiples planes delictuales de la organización criminal» y que eso las convierte «al menos, un eslabón central para el funcionamiento y cumplimiento de los designios delictivos».