Una joven norteamericana perdió la vida tras el brutal ataque de tres tiburones cuando vacacionaba en las Bahamas. El trágico hecho sorprendió a turistas, pescadores y residentes de la zona, ya que es la primera vez en más de una década que se registra un ataque como este en zonas turísticas.
La víctima, identificada como Jordan Lindsay, tenía 21 años y disfrutaba junto a su familia de unas vacaciones en la playa. El 26 de junio visitaron la Isla Rose, ubicada al norte de Nassau, que tiene como principal atractivo turístico el buceo con tiburones.
La familia se adentró en una zona considerada «segura» y demarcada para que la visiten turistas, y Jordan Lindsay hacía snorkel junto a sus amigos. Según relató su familia a medios norteamericanos, todos estaban dentro del mar y uno de ellos se percató de la presencia de un gran tiburón blanco y avisó a los demás para que tuvieran cuidado.
Sin embargo, la joven víctima no escuchó la alerta y fue atacada por el animal. Mientras las otras personas intentaban ayudarla, llegaron dos tiburones más que la mordieron en brazos y piernas hasta que uno le arrancó una de sus extremidades superiores. No hubo manera de salvar la vida de la chica.