"La pantalla activa es un distractor de la atención como tantos otros, y es una de las cuestiones que tiene que gestionar un docente en el aula", aclaró el titular del centro de innovación educativa con tecnologías digitales del estado uruguayo Ceibal, Leandro Folgar
El informe global de la Unesco que acaba de ser presentado no contiene recomendaciones directas para prohibir el uso de teléfonos celulares en las escuelas.
«La pantalla activa es un distractor de la atención como tantos otros, y es una de las cuestiones que tiene que gestionar un docente en el aula», aclaró el titular del centro de innovación educativa con tecnologías digitales del estado uruguayo Ceibal, Leandro Folgar.
La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) presentó en Montevideo, Uruguay, el Informe Global de Monitoreo de la Educación (GEM 2023), en el si bien no se hace eco directamente de tales limitaciones, advierte sobre las consecuencias del excesivo uso de la tecnología, especialmente de celulares, en el aprendizaje de los estudiantes.
Expertos de la Unesco y ministros de Educación de diferentes países dejaron sentado que «hay datos claros que relacionan a los celulares con la reducción de los resultados escolares».
Alertaron que, «cuando a un estudiante le suena el celular por una notificación, tarda 20 minutos en retomar la atención en el aula. Y si una clase tiene 45 minutos, perdió casi la mitad del tiempo. Interrumpe la productividad y afecta la capacidad de recordar y comprender información».
De ahí que en algunas partes, como en los Países Bajos, desde el 1 de enero de 2024 regirá la prohibición del uso de celulares en las escuelas, ya que «los alumnos necesitan poder concentrarse y que se les dé la oportunidad de estudiar bien», dijeron las autoridades.
Pero taxativamente Unesco no se pronunció sobre la prohibición, sino que la dejó supeditada a la forma en que los docentes administren el uso de los dispositivos por parte de los alumnos.
En ese sentido, el documento sostiene que «los sistemas educativos deben garantizar siempre que los intereses de los alumnos se sitúen en el centro y que las tecnologías digitales se utilicen para apoyar una educación basada en la interacción humana en lugar de pretender sustituirla».
El trabajo examina cómo la tecnología puede ayudar a llegar a los alumnos desfavorecidos, pero también a garantizar que más conocimientos lleguen a más alumnos en formatos más atractivos y baratos.
El organismo de Naciones Unidas instó a los países a establecer sus propias condiciones para el diseño, uso y evaluación de la Tecnología, según explicó la secretaria de Educación, Silvina Gvirtz.
Fue en ese contexto que el responsable de la experiencia uruguaya, considerada caso de éxito por Unesco, relativizó la versión que se había echado a rodar acerca de una eventual prohibición a los alumnos de usar celulares en las escuelas.
«La clave en tecnologías digitales es la de siempre para la educación: intencionalidad y acción pedagógica del adulto entrenado para esos fines y contención de la comunidad educativa de esas tecnologías para el aprendizaje», precisó en declaraciones periodísticas.
La Argentina se encuentra trabajando en la dirección de las propuestas que hace la Unesco, de acuerdo con la funcionaria de la cartera educativa, quien destacó que de lo que se trata es de «garantizar un acceso igualitario y terminar con la brecha digital, que es enorme».
Según Folgar, el documento «refuerza que la brecha digital no es una, sino al menos tres: la de acceso a dispositivos, la de uso de los dispositivos, y la de calidad de uso de dispositivos y conectividad. Además la de producción de contenidos y la del talento digital docente disponible para los estudiantes», añadió.
En la Argentina, después de superada la etapa dura de la pandemia, se incrementó la participación de docentes en formaciones sobre tecnología y programación, que «pasó de 6.000 a fines de 2021 a más de 60.000 por año».
Desde el relanzamiento del Programa Nacional de Formación Permanente Nuestra Escuela, en octubre de 2021, se ofrecen formaciones en tecnología y programación, y se fortaleció la propuesta del Instituto Nacional de Formación Docente (INFoD) en materia de educación y tecnología y uso de las Tic en la escuela.
A partir de 2023, se sumó formación en inteligencia artificial.
Este aspecto es clave en la incorporación de las tecnologías digitales en la educación, ya que asegura la intencionalidad y acción pedagógica del adulto entrenado para esos fines y de ese modo, la contención de la comunidad educativa de esas tecnologías para el aprendizaje.
El entrenamiento de los docentes es clave para apalancar el énfasis que se puso hoy en las tecnologías digitales.
Se pone de relieve la existencia de un sobreénfasis en las pantallas, cuando también hay muchas otras tecnologías que se pueden utilizar a favor del aprendizaje como sensores, drones, impresoras 3D, routers de corte, multisensores para experimentos y proyectos.
Se trabaja en el acceso a la conectividad y entrega de dispositivos, y en garantizar que los chicos/as se formen como consumidores inteligentes y como productores en nueva tecnología.
El informe de Unesco examinó los desafíos educativos a los que el uso adecuado de la tecnología puede ofrecer soluciones, pero reconoció que muchas de ellas pueden ser perjudiciales, en el marco de la Agenda 2030 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.