Uruguay registró un déficit de sus cuentas públicas equivalente a 3,9% del Producto Interno Bruto (PIB) en el año móvil terminado en septiembre, informó este jueves el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) en Montevideo.
El MEF dio cuenta de una ligera caída equivalente a 0,1% del PIB de los ingresos del sector público no financiero, y de una reducción similar de los egresos «por menor acumulación de existencias de crudo» en la estatal petrolera Ancap.
El gobierno de centroizquierda de Tabaré Vázquez (Frente Amplio), ha tenido que modificar al alza las metas de déficit fiscal que se proponía tanto para 2018 como para 2019, llevándolas a 3,3% y 2,9% del PIB respectivamente.
El alza en los objetivos se dio pese a varios ajustes fiscales con incrementos impositivos, fuerte suba de tarifas públicas y de precios de los combustibles, desde que Vázquez asumió en marzo de 2015.
A inicios de octubre, la agencia calificadora Fitch Ratings bajó de estable a negativa la perspectiva para la deuda uruguaya, en buena medida por la persistencia del déficit fiscal.
Si bien la nota se mantuvo en BBB-, la más baja del llamado «grado inversor» altamente considerado por los mercados, el cambio de perspectiva ilustra la importancia que se otorga en las calificadoras al rojo en las finanzas públicas.
Esta revisión –con la que discrepó el ministro de Economía Danilo Astori– «refleja un déficit fiscal persistente y un alto y creciente peso de la deuda que está erosionando el espacio para políticas que permitan enfrentar shocks» cuando las condiciones financieras globales son más ajustadas y el entorno macroeconómico regional es «desafiante», señaló la agencia.
«Uruguay ha registrado uno de los mayores incrementos en la relación deuda pública/PIB en la categoría BBB desde 2013, cuando alcanzó el grado inversor», añadió Fitch.