Mundo

Universidades de Kabul casi vacías tras la prohibición talibana de clases mixtas


En algunos establecimientos no asistió ni un solo estudiante. Además de establecer la segregación por sexo, los talibanes exigieron el uso del porte del nicab para las mujeres.

Las universidades privadas de Kabul estaban prácticamente vacías hoy, en el primer día de clases tras la conquista de los talibanes en Afganistán y después de que impusieran una división de aulas con cortinas o tablas a fin de impedir las clases mixtas.

Además de establecer la segregación por sexo, los talibanes exigieron el uso del porte del nicab para las mujeres.

Mientras en algunos establecimientos no asistió ni un solo estudiante, autoridades y profesores de otras casas de estudios contaron que la presencia había sido muy baja.

«La mayoría de nuestros estudiantes no vino», afirmó Reza Ramazan, profesor de informática en la universidad Gharjistan, en la capital afgana, Kabul, citado por la agencia de noticias AFP.

«Ni siquiera sabemos si siguen en el país», agregó.

Decenas de miles de afganos, la mayoría calificados, huyeron del país tras la toma de poder de los talibanes el 15 de agosto, tras 20 años de ocupación de tropas estadounidenses.

Tras conquistar casi todo Afganistán en una ofensiva relámpago, los talibanes han buscado mostrarse como más moderados que cuando gobernaron e impusieron un régimen brutal, entre 1996 y 2001, pero muchos afganos desconfían.

En aquellos años, marcados por una aplicación estricta de la ley islámica, las mujeres desaparecieron del espacio público afgano.

El regreso a las universidades privadas se da un día después de que los talibanes anunciaran que aceptaban que las mujeres estudien, pero bajo estrictas condiciones, como no mezclarse con hombres en las aulas y usar una abaya negra y un nicab que les cubra el rostro.

Además, las estudiantes mujeres deberán salir de clase cinco minutos antes que los hombres y esperar en una sala hasta que estos últimos hayan dejado el edificio.

«De nuestros 1.000 estudiantes, menos de 200 vinieron hoy», manifestó Noor Ali Rahmani, director de la universidad Gharjistan, que ayer expresó claramente su desacuerdo con los talibanes.

Rahmani espera que la comunidad internacional, tradicional sostén económico de este país pobre, «presione a los talibanes» para que flexibilicen su política.

«De lo contrario, nuestros estudiantes no lo aceptarán y tendremos que cerrar la universidad», agregó.