CLG dialogó con el propietario y los artistas del Circo Rodas, el cual pudo trabajar menos de un mes en el último año y que ahora se encuentra varado en Rosario
Payasos, trapecistas y acróbatas. El aro de fuego, la esfera de la muerte y los malabares sobre un monociclo. Esas son algunas de las interminables imágenes que el circo va dejando marcadas en la retina y en la memoria de cada niño que pasa por una de esas coloridas carpas, desde la más pequeña hasta la más majestuosa. La magia del circo se vio interrumpida allá por los inicios de 2020 por la llegada de la pandemia y, a diferencia de otros rubros, tuvo que esperar un año para volver a funcionar. Ese es el caso del Circo Rodas que, tras doce meses sin funciones, eligió a Rosario para volver a abrir su carpa, pero la reapertura duró menos de un mes.
El Circo Rodas, habitué de la ciudad, llegó a Rosario en marzo y otorgó el 26 de dicho mes su primera función en más de un año, luego de que su actividad quedara suspendida en el inicio de la pandemia. Sin embargo, la alegría de los artistas y del público apenas duró 29 días, ya que las nuevas restricciones suspendieron su actividad. Desde el 23 de abril, día de la última función, el circo se encuentra varado en la ciudad, a la espera de que se levante la restricción, o en su defecto buscar otro lugar en el país que le permita trabajar.
Mientras tanto, los artistas siguen sumidos en una dura realidad. Sin funciones, la gran mayoría tuvo que buscar otra fuente de ingreso y realizar trabajos no relacionados a la actividad circense. Algunos salieron a vender pochoclo y algodón de azúcar por los barrios, otros utilizaron los camiones del circo para hacer transportes. Esa situación parecía revertirse con la reapertura, pero el nuevo cierre los vuelve a poner en una situación de incertidumbre.
El caso del Rodas tomó relevancia en las últimas horas, ya que se conoció que los titulares del circo aprovecharon el cierre para tomar una acción solidaria y ceder una de sus carpas al Ministerio de Salud de la provincia de Santa Fe para armar un centro de testeos de coronavirus frente al Monumento a la Bandera.
En este contexto, CLG pudo dialogar Marcelo Lanza, propietario del Circo Rodas, y con distintos artistas del lugar, quienes relataron lo vivido desde que comenzó la pandemia y cómo les impacta un nuevo cierre. «Me remonto al 15 de marzo del 2020, que fue nuestra última función en Mar del Plata antes del inicio de la cuarentena. Fue muy duro. Para otras actividades fue menos tiempo, pero para el circo fue un año sin actividad», contó en primer lugar Lanza.
«Nos quedamos varados viajando para Berisso. En el 2020 la pasamos mal. Tuvimos que reinventarnos y trabajar de otra cosa que no era para lo que estábamos preparados. La empresa puso sus camiones a hacer fletes, cada artista salía y vendía algún producto, salían con sus camionetas a los barrios a vender pochoclos o copos de nieve. Recibimos un poco de alimentos del municipio, pero no nos alcanzaban para hacer una comida completa. Con esa ayuda, más lo que hacíamos, pudimos subsistir todos», añadió.
En ese sentido, el dueño del reconocido circo se refirió a su llegada a Rosario este año: «Recién pudimos reiniciar el 26 de marzo de 2021, fue un poco más de un año sin trabajar. Después de ese duro año que nos pasó de todo tanto económica como emocionalmente, pudimos retomar la actividad acá en Rosario. La emoción fue muy grande y nos sentimos muy bien recibidos, tanto por las autoridades como por el público».
«El público vino, aplaudió y agradeció. Encontrarnos con un nuevo sistema de trabajo con todos los protocolos fue difícil, yo no puedo imponerle normas a un chico de seis años que no conozco, pero terminó siendo lo más fácil porque los chicos ya venían preparados para cuidarse. Sabemos que hay dos tipos de público, el que se cuida y el que no se cuida, como en la sociedad. El público que no se cuida no es el que vino acá. Todos sabemos dónde están los contagios, y aseguro que en el circo no están», agregó.
Lanza detalló el protocolo con el cual trabajaron durante los 29 días que pudieron funcionar y cuestionó la decisión de las autoridades de suspender su actividad: «Tenemos 2.500 asientos, nos habilitaron 1.100 y nunca puse a la venta más de 800 entradas, así que no llegábamos ni al 50% de la capacidad. El contagio no está en el circo, está en los banderazos, en los piquetes y en otras situaciones en las que las autoridades miran para el costado. Considero que estamos injustamente cerrados. En Rosario adhirieron a un DNU que dice que los shoppings deberían estar cerrados, y están abiertos».
«Los únicos que estamos cerrados en Rosario somos los cines, los teatros y los circos. Todos los otros rubros pueden trabajar con reducción horaria y protocolos, y es lo mismo que estamos pidiendo nosotros. Que podamos hacer una función a la tarde con cuidados. Nos sentimos impotentes ante esta decisión. Pedimos que les permitan a las 87 personas que trabajan acá que puedan mantener a sus familias», añadió.
En ese contexto, el propietario de la empresa explicó cuáles son los pasos a seguir: «Estamos viendo qué provincias nos dejan trabajar, en algunas se puede como es el caso de Tucumán, Mendoza y Córdoba. Si queremos podernos ir para allá, pero fue una inversión muy grande llegar hasta acá y armar todo esto, entonces vamos a esperar una semana más a ver si escuchan nuestro reclamo, si no nos tendremos que ir».
«Siempre elegimos Rosario. Hay un mito que dice que cada vez que estrenás un nuevo espectáculo tenés que venir a Rosario, si pasaste la prueba seguí para adelante. Ojalá tengamos funciones pronto», destacó Lanza, manifestando su intención de permanecer en Rosario.
La palabra de los artistas
En su visita al circo, CLG también pudo dialogar con Matías, Estefanía, Vanesa y Tobías, cuatro acróbatas del circo, quienes pusieron en palabras la dura situación que tuvieron que atravesar durante el año pasado y el panorama similar que enfrentan ahora.
«Fue una situación muy dura e inesperada. Para subsistir tuvimos que trabajar de lo que se encontraba, nada relacionado con lo que hacemos nosotros», relató en primer lugar Matías, quien hace números de acrobacia y patinaje acrobático. «Entre los tiempos que nos quedaba tratábamos de ensayar todo lo posible para poder seguir y no quedarse en lo que hace uno. Siempre tenés que estar activo, sino se pierde mucho de lo que haces», agregó.
En ese sentido, Estefanía, acróbata y equilibrista, contó lo que significó tener que volver a cerrar menos de un mes después de haber reabierto: «Eso fue lo más triste. Abrir un mes, ver la respuesta del público que fue muy buena, y cerrar otra vez. Se extrañaba un montón, vivimos en el circo desde hace dos años y estaba la incertidumbre de no saber cuándo vamos a volver. Seguimos ensayando sin la certeza de que en algún momento vamos a poder volver a trabajar».
Por su parte, Tobías, compañero de número de Estefanía, defendió la apertura de los circos: «Es un tema delicado, pero en lo personal creo que podríamos estar trabajando. El circo cuenta con todos los protocolos, la gente está muy cuidada y creo que habría que buscar la forma de que todos los rubros de alguna manera segura puedan seguir trabajando».
«El público y poder trabajar de forma normal es lo que más se extraña. Esto no es sólo un trabajo, es una forma de vida», expresó Vanesa, acróbata y compañera de número de Matías.
Pese a que su actividad se vio afectada por la cuarentena y las medidas, desde el sector advierten que fueron «muy pocos» los trabajadores circenses que pudieron acceder a un beneficio del Estado, lo que dificultó aún más su situación.
«Esperamos que se mejore toda la situación y que de parte de las autoridades se repiensen los protocolos en cuanto al circo, que es donde nosotros vivimos. Pensar bien en dónde se está fallando. Estaría bueno que la gente sepa que hay control de temperatura en la puerta, hay alcohol en gel en todos los puestos, hay burbujas en los escenarios. Los protocolos se cumplen», concluyó Matías.
Una carpa para testeos
El Circo Rodas prestó en las últimas horas una de sus carpas para que sea utilizada como centro de testeo, el cual ya se encuentra en funcionamiento. En la carpa se comenzó a testear a personas asintomáticas de forma gratuita. No es necesario tener turno previo para acercarse.
«La idea no fue del circo, sino que de la agrupación 5 de Octubre liderada por Ezequiel Martínez, quienes vinieron a proponer que se ceda una carpa para el Ministerio de Salud de la provincia y armar un gran centro de testeo frente al Monumento a la Bandera. Fuimos e instalamos la carpa sin ningún costo para la provincia, lo mismo para la mantención de la carpa, de la cual se encarga el circo», explicó a CLG Marcelo Lanza.
«Quiero dejar en claro que el compromiso que tenemos con la provincia y para Rosario, que es la instalación de esa carpa para testeos, se va a mantener. La carpa va a quedar el tiempo que sea necesario, aunque nosotros nos vayamos, vamos a dejar gente que mantengan la carpa», aseguró.