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Una tuna con propiedades alimentarias es revalorizada en Chaco como recurso contra la sequía


El estudio del INTA sobre este fruto reveló que tiene propiedades alimentarias para el consumo humano y animal y además brinda agua que puede ser aprovechada en épocas de sequía, como la que ahora afecta al Chaco

 

La Agencia Extensión Rural Las Breñas, Chaco, del Instituto de Tecnología Agropecuaria estudia desde 1998 una tuna originaria de México llamada opuntia, que tiene propiedades alimentarias para el consumo humano y animal y que, además, brinda agua que puede ser aprovechada en épocas de sequía como la que ahora afecta a esta provincia.

La ingeniera agrónoma Gabriela Faggi, que desempeña sus actividades en la delegación del INTA, retomó el estudio en 2005 por sus propiedades «bioactivas y nutritivas» convencida de que es una cactácea que se puede producir a grandes escalas como también en pequeños lotes.

«Es un cactus que se adapta a las sequías y se ha naturalizado aquí, pero en México se utiliza una parte del tallo (la penca) y el fruto puede ser consumido por el animal y también por los seres humanos», acotó.

En la utilización para animales dijo que «la penca –la hoja del arbusto– fue probada en caprinos en el invierno y no es que aumentan de peso pero ayuda a mantenerlos y les aporta agua, en épocas en que no hay, hasta el 70 por ciento de lo que necesitan».

Por ello sostuvo que «son muchas las ventajas de una planta muy bondadosa, muy noble, sobre todo en estos climas áridos, y que no está debidamente valorizada en la Argentina» y señaló que «aunque la planta tiene espinas con el cepillado se las puede sacar para que sean aptas para el consumo».

La especialista explicó además que en materia nutritiva se rescata de esta tuna que su fruta «tiene más antioxidantes, vitaminas y pigmentos, y azúcares» a diferencia de la penca que «lo que más aporta es agua y fibra».

Faggi señaló que «a partir de la penca, o cladodio, de este arbusto se puede multiplicar la planta, es de muy fácil multiplicación» y comentó que «las opuntias que se multiplicaron acá –en Las Breñas– fueron traídas de San Juan».

«Promocionamos mucho a la opuntia porque tenemos zonas muy áridas para el cultivo para la alimentación del ganado y el aprovechamiento de la fruta para el consumo humano» apuntó y señaló que «en la Municipalidad de Corzuela se hace mermeladas de esta tuna».

Al respecto, la investigadora precisó que se trata de un emprendimiento realizado en esa localidad «por mujeres que habitan en zonas rurales que iniciaron su producción de esa tuna y de otros productos hasta llegar a lograr un punto de venta llamado ‘Sabores de Corzuela’ que se está tratando de promocionar».

Junto a otros investigadores, Faggi integra un equipo interdisciplinario de la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE) que propone demostrar la viabilidad de su producción valorando sus propiedades bioactivas y nutritivas en un programa científico destinado al Iberá y El Impenetrable chaqueño.

El equipo que lidera la doctora Sonia Sgroppo avanzó en una propuesta que es uno de los 15 proyectos de investigación científico y tecnológico acordados entre la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica y la UNNE.

«Los frutos de la planta se utilizan para consumo en fresco entero y cortado, como así también en la preparación de jugos, caramelos, yogures, postres y son muy apreciados por su sabor», afirman los investigadores.

En tanto que las pencas o cladodios «se utilizan desde tiempos de los aztecas en preparaciones culinarias mientras que en otros países son consumidos como alimentos exóticos en ensaladas, salsas, sopas, estofados, snacks, bebidas».

También señalaron que esta tuna es «una planta multipropósito, proveedora de forraje, alimento, compuestos cosméticos, medicinales y nutracéuticos» que tiene un bajo costo de cultivo a la vez que se desarrolla en zonas áridas donde también contribuye a «evitar la degradación del medioambiente y proteger el hábitat de la fauna silvestre».

Se valoró asimismo «el alto contenido de sustancias bioactivas, minerales y fibra» porque tienen una «excelente capacidad biológica y nutracéutica» con «efectos antitumorales, antihiperlipidémicos, anticolesterolémicos, antihipertensivos y antiinflamatorios».

Faggi dijo que en esta investigación también se estudiará «las características fisicoquímicas, los compuestos bioactivos; polifenoles, betacianinas, clorofila, ácidos ascórbico, pectinas, entre otros, que tienen los frutos y los cladodios jóvenes y maduros».

La investigadora del INTA dijo que se involucró en la formulación del proyecto de la UNNE porque «es muy interesante que esta propuesta pueda ser llevada adelante en El Impenetrable, donde tienen algunos tipos de tunas pero esta es más productiva y creo que la opuntia se va adaptar perfectamente en esa zona».