María Mediadora de Todas las Gracias está ubicada en la esquina de Grandoli y Sánchez de Thompson
En el corazón del barrio Tablada, la parroquia María Mediadora de Todas las Gracias atraviesa una situación crítica: hace cuatro años que no tiene gas natural. Lo que comenzó como un accidente por un pelotazo en el medidor se convirtió en un problema estructural que impide a la comunidad religiosa calefaccionar sus espacios en pleno invierno.
Ubicada en la esquina de Grandoli y Sánchez de Thompson, esta parroquia no solo es un espacio de fe, sino también un centro de contención y actividades educativas y sociales para los vecinos del sur de Rosario. Hoy necesita más de siete millones de pesos para poder realizar las obras que exige Litoral Gas y volver a contar con el servicio.
El sacerdote a cargo, Juan Carlos Aquino, explicó que la empresa pide una reestructuración total de cañerías y ventilaciones para restablecer el suministro. “La comunidad no tiene los fondos necesarios, por eso lanzamos una campaña solidaria. La idea es hacer la obra ahora, que hace frío, y no esperar al año que viene”, expresó en declaraciones a La Capital.
Además de las misas y reuniones parroquiales, en el templo funciona un aula radial de escuela primaria para niños y adultos, catequesis y espacios de Cáritas. “El frío se siente. Usamos caloventores que hacen saltar las térmicas, o garrafas que no alcanzan a templar los ambientes grandes”, detalló Aquino, quien agradeció las donaciones recibidas, entre ellas un aporte del Concejo Municipal, y gestiones en curso ante el Senado santafesino.
Para quienes quieran colaborar, se encuentra habilitado el alias “mediadora.rosario.76” del Banco Municipal de Rosario, a nombre del padre Aquino.
Con la fuerza de la comunidad y la ayuda de los rosarinos, la parroquia busca volver a encender su calefacción, pero sobre todo, seguir siendo ese lugar donde el calor humano nunca falta.