La organización humanitaria Human Rights Watch (HRW) instó a la Comisión de Asuntos Electorales de Hong Kong a permitir la candidatura del activista Joshua Wong, una de las principales figuras del movimiento de protestas en el país, para las elecciones locales. Sostuvo que la prohibición viola los derechos fundamentales a la libertad de expresión y a participar en elecciones legítimas, tal como lo garantiza el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos.
«Retirar la candidatura de Joshua Wong es solo el último ejemplo de las tácticas cada vez más antidemocráticas del gobierno de Hong Kong», expuso la directora de HRW para China, Sophie Richardson, citada por la agencia de noticias Europa Press. «La manipulación del proceso electoral por parte del gobierno refuerza la idea de muchas personas de que la única forma de ser escuchadas es protestando en las calles», advirtió.
La jueza Laura Aron dictaminó el martes que la candidatura de Wong, de 22 años, era «inválida», según un documento publicado por el activista en su cuenta de Twitter. El documento cita su supuesta promoción de la «autodeterminación» para Hong Kong, como base para la decisión de la juez.
Wong anunció el pasado sábado su candidatura durante una manifestación para conmemorar el quinto aniversario de la Revolución de los Paraguas y sostuvo que, como ya es mayor de edad para presentarse y no fue condenado a más de tres meses de prisión, no hay «ninguna razón» para que se le impida presentarse a un escaño en el consejo de distrito.
HRW afirmó que desde 2016, el gobierno de Hong Kong, ha prohibido a cada vez más figuras prodemocráticas que se presentaran para un escaño en el Consejo Legislativo o los destituyó después de haber sido elegidos.
Desde hace ya 16 semanas, Hong Kong es escenario de protestas a favor de la democracia que comenzaron como rechazo a un proyecto de ley de extradición que contemplaba el envío de personas a China para que fueran juzgadas, el cual ya fue derogado por la gobernadora Carrie Lam.
Hong Kong volvió bajo soberanía china en 1997 gracias a un acuerdo con el Reino Unido por el cual el Gobierno de Beijing se comprometía a mantener el régimen de derechos y libertades del que había disfrutado ese territorio durante el dominio colonial, lo que dio lugar al principio de «un país, dos sistemas» bajo el estatus de «región administrativa especial».