Una nueva pericia, efectuada por el Laboratorio de Ensayo de Materiales de la Comisión Nacional de Energía Atómica, determinó en las últimas horas que la bala que disparó el policía local de Avellaneda Luis Chocobar y produjo la muerte de Pablo Kukoc, que había robado y herido gravemente al turista Frank Joseph Wolek, no fue producto de un impacto directo.
En ese sentido, se confirmó que el proyectil antes había rebotado en el piso, lo que demuestra que el oficial no disparó a matar. De esta manera, el caso podría tomar un importante giro, ya que la semana pasada la Corte Suprema había ratificado en forma unánime su procesamiento por dispararle y matar a Kukoc.
La bala contenía abundante presencia de silicatos incrustados, que son compuestos presentes en los componentes de la banda de rodamiento de circulación vehicular. En ese sentido, se encontraban alojados en la parte del proyectil que tenía una abolladura.
Esta pericia elaborada por la Unidad Criminalística de Alta Complejidad de la Policía Federal, que comprendió el estudio de las imágenes de video, del material balístico secuestrado y de las prendas de vestir que llevaba el ladrón, confirma lo arrojado por la que realizó la fuerza de la Ciudad, que decía que la bala se dirigió de atrás para adelante, de derecha a izquierda y de abajo hacia arriba en una inclinación mínima antes de matar a Pablo Kukoc.
Además, el análisis efectuado por la institución federal arroja que los siete disparos efectuados por Chocobar (sólo dos impactaron, el otro dio en una pierna del delincuente) se hicieron en un ángulo entre los 45 y 75 grados de inclinación y a una distancia de tres a cinco metros.
El 8 de diciembre del año pasado, Chocobar mató a Pablo Kukoc de 18 años, luego de que este apuñalara al turista estadounidense Joe Wolek para robarle una cámara en el barrio porteño de La Boca.
El efectivo estaba en franco de servicio y actuó ante ese hecho al correr al asaltante y posteriormente efectuarle disparos, que provocaron su muerte días después en el Hospital Argerich.