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Una multitud participó de la festividad de la Virgen de Guadalupe en Santa Fe


El jefe de la Iglesia santafesina pidió que la Virgen María "nos regale una nueva confianza en su hijo, cuyo fruto es la alegría y la esperanza"

Una multitud que llegó, luego de dos años, desde distintos puntos de las provincias del Litoral participó hoy de la edición número 123 de la peregrinación a la Basílica de Guadalupe, situada en el noreste de la ciudad de Santa Fe, celebración que culminó con la misa a cargo del arzobispo de Santa Fe, Sergio Fenoy.

El jefe de la Iglesia santafesina pidió que la Virgen María «nos regale una nueva confianza en su hijo, cuyo fruto es la alegría y la esperanza», tras centrar la homilía en la sensación de fracaso y cómo superarla en base a la fe en Jesús.

«El fracaso no tiene por qué ser la última palabra en nuestra vida», sostuvo y subrayó que «podemos recomenzar, reiniciarla, si, con confianza, como los discípulos, como Pedro, dejamos que Jesús entre en nuestro fracaso».

Alrededor de 150 mil personas, según una estimación del cura párroco de Guadalupe, Olidio Panigo, participaron de la procesión y de las distintas misas que se desarrollaron desde ayer y aportaron su colorido para homenajear a la patrona de la Diócesis de Santa Fe.

«Es un desborde de fe y de alegría, es la expresión de quienes viven esta fiesta de Guadalupe», añadió Panigo, quien se manifestó asombrado por la cantidad de peregrinos que llegaron a pedirle a la Virgen que «nos ayude a renovar la confianza, algo que muchos han perdido y es necesario tener».

En otro tramo de su homilía, Fenoy manifestó que un integrante de las comunidades cristianas le dijo ayer que «trabajamos sobre un fracaso, porque todo lo que hacemos no alcanza, porque tenemos buena voluntad y queremos ayudar».

«Es verdad, nosotros trabajamos sobre el fracaso, empecinadamente, una y otra vez, y no nos cansamos», añadió el líder religioso, quien luego consideró que «no es un fracaso» pues «allí está Jesús, una y otra vez, aunque cueste, aunque se rían. Estamos nosotros».

El arzobispo dijo que en la primera peregrinación que comparte en Guadalupe, le pidió a la Virgen «aprender de ustedes, aprender de su cariño hacia ella, aprender de su fiesta, de su amor, aprender a levantarse de los fracasos».

La edición de hoy de la Peregrinación Arquidiocesana a Guadalupe colmó las calles del barrio que lleva el mismo nombre para participar de las actividades.

Después de 42 años las autoridades eclesiásticas concretaron la salida de la imagen de la Virgen a la calle, por lo que los fieles pudieron saludarla sin necesidad de subir al camarín situado detrás del altar de la Basílica como es habitual.

Foto: Gentileza El Litoral