La primera ministra británica, Theresa May, fortalecida tras superar una moción de censura, intenta este jueves arrebatar una solución para salvar el acuerdo del Brexit a unos socios europeos comprensivos, pero firmes en su oposición a modificar el pacto.
«Está claro que el acuerdo de retirada no se abrirá ni se modificará», dijo la víspera el canciller austríaco, Sebastian Kurz, cuyo país asume la presidencia pro témpore del bloque y para quien existen soluciones que redunden en el interés de ambas partes.
La cumbre de mandatarios este jueves y viernes pone la guinda a una semana rocambolesca en el drama del Brexit, en la que Theresa May logró que sus propios diputados no le arrebataran las llaves del número 10 de Downing Street ni las riendas de la negociación con Bruselas.
La premier tiene previsto exponer la situación ante sus 27 socios europeos antes de una cena de trabajo, si bien antes debe mantener una discusión de «último minuto» con el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, según este último, y una reunión a solas con su par irlandés, Leo Varadkar.
Pero pese a su victoria en Londres, el rechazo en el parlamento británico al acuerdo de divorcio negociado con Bruselas sigue patente y el mecanismo de último recurso acordado para evitar una frontera para bienes en la isla de Irlanda cristaliza esa oposición.
Ante una posible derrota, la premier decidió reportar el voto previsto el martes al mes de enero e inició una gira por varios países europeos para lograr «garantías» de sus socios de que ese mecanismo, conocido como backstop, no se utilizará.
Los más fervientes partidarios del Brexit temen quedarse atrapados indefinidamente en las redes de un «territorio aduanero común» con la UE, si Londres y Bruselas no logran una solución mejor para su futura relación, que debe comenzar como muy tarde en enero de 2023.
Ayudar, sí, pero «cómo»
Los 27 socios de May en la Unión Europea (UE) se mantienen firmes en que no se modificarán ni el acuerdo de divorcio ni la declaración política sobre la futura relación, negociados durante 17 meses y a los dieron su visto bueno el 25 de noviembre, pero quieran ayudarla.
«Está claro que la UE a 27 quiere ayudar. La cuestión es cómo», se preguntó en un tuit el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, que coordina los trabajos de los dirigentes, el martes tras conversar por teléfono con la primera ministra británica.
La solución deben discutirla este jueves en la parte final de una cena de trabajo sin Theresa May, quien horas antes les habrá expuesto la situación. Los líderes «quieren escuchar qué tipo de garantías está buscando», aseguró un alto funcionario europeo.
«Tenemos varias ideas, pero no una estrategia desarrollada. Todo dependerá de su discurso antes de la cena», según un diplomático europeo, para quien la solución consistirá más «en un ejercicio de comunicación» ya que no están dispuestos a «reabrir los textos».
El proyecto de declaración de 6 párrafos preparado por los europeos reza que el backstop «sólo se aplicaría durante un corto período de tiempo y durante el tiempo estrictamente necesario», indicaron a la AFP fuentes diplomáticas europeas.
El acuerdo de divorcio ya explicita que el backstop sólo se aplicará «temporalmente» hasta lograr un acuerdo posterior, por lo que una fuente diplomática cuestiona que una declaración jurídica sobre su interpretación solucione «el problema de Reino Unido».
El Consejo estaría dispuesto, no obstante, «a examinar si pueden dar más garantías (…) en enero» a su par británica, pero «que no contradirían el acuerdo de retirada», según una fuente europea. Este enfoque en dos pasos busca evitar que los partidarios del Brexit «empiecen a pedir más en un par de días», agregó.
El «mejor método» para «hacer superfluo el backstop es llegar a un acuerdo sobre la futura relación lo antes posible», dijo una fuente del gobierno alemán en referencia a un eventual futuro acuerdo comercial, político y de seguridad entre la UE y Reino Unido.
Más allá del Brexit
Los mandatarios europeos aprovecharán su reunión para abordar también los planes de contingencia ante una eventual retirada de los británicos sin acuerdo el próximo 29 de marzo, fecha que marcará el primer divorcio en seis décadas de proyecto europeo.
La cumbre de dos días debe servir para urgir a finalizar rápidamente las negociaciones sobre la agencia europea de guardias fronterizos y a intentar lograr un acuerdo político sobre el presupuesto plurianual 2021-2027 de la UE para el segundo semestre de 2019.
El papel de Rusia en Ucrania, como el último incidente en el mar de Azov, también será objeto de debate de los mandatarios, que el viernes deberán dar su visto bueno a una poco ambiciosa reforma de la zona euro, para protegerla ante futuras crisis económicas.