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Una marplatense busca concientizar para llevar las «Colillas al tacho»


"La idea no es ir contra el tabaquismo, sino que el fumador sea responsable de su residuo", dijo Marina en diálogo a CLG

«La idea no es ir contra el tabaquismo, sino que el fumador sea responsable de su residuo», dijo Marina en diálogo a CLG

Por Emilia Ottogalli

La responsabilidad ambiental ha ido en aumento en los últimos años. Cada vez son más las personas que se informan y toman medidas al respecto, pero todavía falta un largo camino por recorrer. Ser consciente de los residuos que se tiran y cómo se debe tratarlos es uno de los ejes principales en todo este accionar. De ahí surgen varios problemas, uno de ellos: las colillas de cigarrillo.

Marina es de Mar del Plata, estudia Gestión Ambiental y decidió poner manos a la obra para comenzar un cambio. Así lanzó «Colillas al tacho», una campaña que busca llamar la atención e informar sobre todos los efectos que estos pequeños residuos tienen sobre el suelo y el agua. En diálogo con CLG, Marina contó en detalle qué implica toda esta iniciativa.

«Estoy a punto de recibirme y en la tesis priorizo un plan de gestión para las colillas de cigarrillos en Mar del Plata. A partir de investigar y revisar experiencias en otros países lo que me llamó la atención fue que a pesar de tener normativas que sancionan al que tira la colilla o tener ceniceros en la vía pública tenían igual el conflicto», dijo para comenzar. Y continuó: «Hay campañas similares a la mía que se están dando en países que podríamos decir del primer mundo que tienen un montón de herramientas para combatirlo».

Para Marina todo nace de «generar conciencia para que los fumadores dejen este mal hábito que está aceptado por toda la sociedad». «La campaña apunta a cambiar este mal hábito. La idea no es ir contra el tabaquismo, el que fuma es muy consciente de los peligros de fumar; sino de ser responsable de su residuo», aclaró.

«Se llama ‘Colillas al tacho’ para reforzar la idea de que eso es basura también», aseguró. En esa línea, detalló: «Primero que nada, son de plástico. No es nada que se biodegrade. Son plásticos que se van degradando y se convierten en microplástico. No es que desaparecen de un momento a otro».

https://twitter.com/al_mdq/status/1199444095191699457

Esos residuos no sólo quedan dando vueltas en el suelo, sino que generan un alto impacto en éste. «Ese plástico tiene miles de sustancias tóxicas, hidrocarburos y hasta sustancias radioactivas tiene. Ese filtro después las va liberando en el medioambiente y contamina flujos de agua o la arena«, explicó. Así, agregó: «No es que queda en la calle, las lluvias o el viento las arrastran siempre hasta un flujo de agua».

La campaña de Marina comenzó a través de las redes «generando la información» hace poco más de un año. Con el correr del tiempo sumó también jornadas de recolección en las que busca «llevar la misma información a la vía pública».«La idea es que la gente se acerque y se informe de la problemática. Sabemos que las colillas van a seguir llegando, entonces tenemos que generar conciencia para que deje de pasar», analizó.

La importancia de tener todos los datos sobre lo que la colilla puede producir es que «el fumador que no se quiera hacer cargo de su residuo por lo menos no tenga excusa de que no sabe lo que está haciendo», según Marina. «Las colillas son el material que más se encuentra tanto en limpiezas urbanas como de playa», reveló.

Para finalizar, Marina señaló: «Es evidente, hay una gestión deficiente desde las ciudades y si bien parece que es insignificante el residuo, es una acción de apenas segundos o minutos y va a repercutir a largo plazo, y ni siquiera sabemos bien cuánto». «Necesitamos que haya un tratamiento o una disposición acorde y adecuada y en el marco legal», concluyó.