Addie Andrews, de 30 años de edad, vivió una vida entera como una misionera mormona pero dejó la religión porque se sentía “reprimida sexualmente“. Hoy la mujer es una popular estrella porno y su nombre es de los más cotizados de la industria en Estados Unidos.
Addie, que recientemente fue nombrada Pet of the Month (Mascota del mes) por la famosa revista Penthouse, dice que, en muchos sentidos, su vida pasada y su profesión actual tienen mucho en común.
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La joven creció en un pequeño pueblo donde sus padres le exigieron ser parte de una comunidad religiosa. A los 17 años, decidió unirse a la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. En entrevista con New York Post, la mujer aseguró que la iglesia “fue muy acogedora” y por eso decidió seguir todas sus reglas, incluyendo la del celibato hasta el matrimonio.
Solo tuvo relaciones sexuales una vez antes de aceptar el mormonismo, y se adhirió obedientemente a la regla de la iglesia contra el sexo prematrimonial, según publicó Infobae.com. “El problema no es solo que se niegue el sexo prematrimonial, sino que lo convierten en un pecado muy grave y algo vergonzoso”, afirmó Andrews en declaraciones al citado medio. “Cuanto más me metí en la religión, más me alejé de mi propia identidad”.
En el 2018 Andrews se mudó a California para perseguir sus sueños de artista. Sin embargo, y pese a su licenciatura de la Universidad Brigham Young, no pudo obtener ningún empleo. Así fue como la mujer comenzó a trabajar como bailarina exótica.
“Empecé a contactarme con muchos agentes porno”, aseveró la estrella del cine para adultos, quien continuó: “Desde que conseguí un agente, los trabajos no pararon de llegar”.
Su familia aceptó su nuevo estilo de vida según manifestó la joven: “Sabía que se sorprenderían un poco cuando les contara sobre mi trabajo para adultos, pero se lo tomaron con mucha naturalidad”.