“Desde 2010 la cantidad total de estos depredadores de belleza exclusiva creció a nivel mundial en un 40 %”
La población de tigres a nivel mundial creció un 40% en los últimos 12 años, mientras que la cantidad de tigres de Amur ascendió a 750 especímenes, declaró el presidente ruso, Vladímir Putin, quien se presenta como un amante de la fauna salvaje.
“Desde 2010 la cantidad total de estos depredadores de belleza exclusiva creció a nivel mundial en un 40 %”, afirmó en su mensaje de bienvenida al Segundo Foro Internacional por la conservación del tigre, celebrado en Vladivostok.
El mandatario ruso, que ha puesto un gran interés en la protección del conocido en Rusia como “tigre del Amur” o “tigre del Ussurisk”, recordó que la primera “cumbre del tigre”, en la que participaron representantes de Rusia, China y otros diez países asiáticos, se celebró hace 12 años en San Petersburgo.
En esa cita, los representantes de las doce naciones firmaron una histórica declaración en la que se comprometieron a duplicar la población mundial de estos felinos para 2022, un objetivo incumplido.
No obstante, Putin señaló que muchos de los objetivos propuestos en el foro de San Petersburgo han sido alcanzados.
El presidente ruso, pese a ello, lamentó que pese a los esfuerzos aplicados durante estos años, en varios países la población de tigres desapareció, mientras que en otros, todavía están el peligro de extinción.
Por ello, llamó a fortalecer la cooperación internacional y el intercambio de experiencias, y celebró que en países como la India, Nepal, Bután y China las poblaciones de tigres crecen.
“En Rusia también tenemos de qué enorgullecernos. Hace daños en nuestra taigá del Lejano Oriente habitaban no más de 290 tigres del Amur adultos, ahora junto a sus crías hay alrededor de 750”, señaló, al destacar que se trata del resultado de medidas sistemáticas implementadas a nivel estatal.
Putin sostiene que Rusia es el único país del mundo donde la población de dicho animal aumentó en el siglo XX, entre otras cosas debido a que el Gobierno ha prohibido la tala de los bosques de cedro coreano, hábitat de los jabalíes, una de las presas preferidas del tigre.