El jueves se estrenó la última candidata al Oscar como «mejor película» y esa es «Green Book».
La historia se centra a principios de los años sesenta y nos presenta a Tony Villalonga (Viggo Mortensen) un inmigrante italiano y buscavidas que al cerrar el club nocturno donde trabaja se queda sin empleo. Es ahí donde lo contactan para ser el chofer de un pianista negro llamado Don Shirley (Mahersala Alí) que brindará shows en el sur de Estados Unidos.
Juntos deberán enfrentar las adversidades y de ahí en más se construirá un vínculo de amistad que duraría toda la vida.
De todas los filmes candidatos al Oscar, éste es el que más corazón tiene. Y digo corazón porque se trata de una amistad verdadera y no de una historia de dos socios imposibles que luego se hacen amigos como en una comedia de los ochenta. Dos polos opuestos que se unen, uno es tosco y querible; el otro culto y sensible.
Peter Farrelly, su director, es conocido por hacer comedias grotescas como «Tonto y re tonto» o «Loco por Mary» y aquí deja de lado eso, para meterse en una historia de vida real y contar conflictos que vivieron estas personas, como por ejemplo el racismo.
Viggo Mortensen es sumamente querible y creíble al interpretar a este hombre de barrio que tiene muchos sentimientos para con su familia y que es el cable a tierra para que el personaje de Mahersala Alí siga adelante con su vida. Alí está brillante como este gran pianista y sin dudas se ganará el Oscar al mejor actor de reparto.
Calificación: Muy buena.