Política y Economía

Una amenaza para el planeta: se producirá el doble de combustibles de lo permitido


Los gobiernos de todo el mundo planifican producir combustibles fósiles por encima del nivel requerido para limitar el calentamiento global a 1,5 °C, lo que "implica el doble de problemas para las personas y el planeta"

Los gobiernos del mundo planifican para 2030 producir un 110% más de combustibles fósiles por encima del nivel de producción requerido para limitar el calentamiento global a 1,5 °C, lo que «implica el doble de problemas para las personas y el planeta», advirtió este miércoles un informe publicado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma).

El «Informe sobre la Brecha de Producción 2023» evidenció que las promesas asumidas por 151 gobiernos nacionales para lograr el objetivo de cero emisiones netas no son compatibles con los planes actuales que están llevando a cabo y que conducirían a un aumento de la producción mundial de carbón hasta 2030, y de la producción mundial de petróleo y gas, al menos hasta 2050.

«Los gobiernos están literalmente duplicando la producción de combustibles fósiles, lo que implica el doble de problemas para las personas y el planeta», afirmó António Guterres, secretario general de las Naciones Unidas, y agregó que «no podemos hacer frente a la catástrofe climática sin solucionar de raíz su principal causa: la dependencia de los combustibles fósiles».

El documento, en el que trabajaron investigadores de más de 30 países, presentó perfiles detallados de 20 de los países con mayor producción de combustibles fósiles: Alemania, Arabia Saudita, Australia, Brasil, Canadá, China, Colombia, Emiratos Árabes Unidos (EAU), Estados Unidos, Rusa, India, Indonesia, Kazajstán, Kuwait, México, Nigeria, Noruega, Qatar, Reino Unido e Irlanda del Norte y Sudáfrica.

Los datos de estos perfiles demuestran que la mayoría de estos gobiernos siguen prestando un importante apoyo político y financiero a la producción de combustibles fósiles.

«Los planes de los gobiernos para ampliar la producción de combustibles fósiles están socavando la transición energética que se necesita para lograr el objetivo de cero emisiones netas y están poniendo en jaque el futuro de la humanidad», aseguró Inger Andersen, directora ejecutiva del Pnuma.

«Alimentar las economías con energía limpia y eficiente es la única manera de acabar con la pobreza energética y reducir las emisiones al mismo tiempo», explicó la especialista.

A pesar de ser la causa fundamental de la crisis climática, los combustibles fósiles se han mantenido prácticamente ausentes de las negociaciones internacionales en materia de clima, por eso desde Naciones Unidas buscarán que los gobiernos del mundo se comprometan con metas más ambiciosas en la Conferencia de las Partes (COP28), que se celebrará del 30 de noviembre al 12 de diciembre en Dubai, EAU.

«La COP28 debe transmitir un mensaje inequívoco de que a la era de los combustibles fósiles ya se le acabó su chispa, de que su eliminación es inevitable. Se requieren compromisos creíbles para acelerar las energías renovables, eliminar progresivamente los combustibles fósiles e intensificar la eficiencia energética, al tiempo que se garantiza una transición justa y equitativa», remarcó Guterres.

«A partir de la COP28, las naciones deben unirse en torno a una eliminación gradual, controlada y equitativa del carbón, el petróleo y el gas, para aliviar las turbulencias que se avecinan y beneficiar a todas las personas del planeta», sostuvo Andersen.

El Informe sobre la Brecha de Producción de 2023, titulado «¿Frenar con el acelerador? Los principales productores de combustibles fósiles planifican más extracciones a pesar de sus promesas climáticas«, fue elaborado por el Instituto de Estocolmo para el Medio Ambiente (SEI), Climate Analytics, E3G, el International Institute for Sustainable Development (IISD) y el Pnuma.

«Los gobiernos con mayor capacidad para abandonar la producción de combustibles fósiles cargan con la mayor responsabilidad de lograrlo, al tiempo que deben proporcionar financiación y apoyo para ayudar a otros países a seguir el mismo camino», concluyó Michael Lazarus, uno de los autores principales del informe y director de la sede estadounidense del SEI.