Siempre y cuando el Tribunal de Disciplina no decida darle por perdida la revancha a River y que el ganador sea Boca o que se juegue a puertas cerradas, la Conmebol oficializará en las próximas horas que la final de la Copa Libertadores se jugará el 8 de diciembre en Doha, Qatar.
La Copa Libertadores, el torneo más prestigioso a nivel de clubes de Sudamérica, se mudará de Buenos Aires a una ciudad que queda fuera del continente y a nada menos que 13.306 kilómetros. ¿Por qué? Más allá de que Conmebol entiende que en Argentina no hay garantías de seguridad, la razón es meramente económica y otros países sudamericanos no llegan a pagar el dinero que le proporciona Qatar.
Como Conmebol debe reembolsarle un dinero importante a River debido a la venta de tickets equivalente a cerca de 2.500.000 dólares, ese país es el de mayor poderío monetario tiene. Además, el «millonario» percibirá el costo de los dos operativos policiales, aunque el del domingo es menos costoso, debido a que fueron menos horas de presencia policial ya que alrededor de las 14 se decidió posponer el partido.
La opción B, por ahora, es jugar el domingo 9 en Asunción a puertas cerradas en el estadio Defensores del Chaco, con capacidad para 38.000 personas.
Qatar, que organizará el Mundial 2022, tiene muy buena relación con Conmebol, al punto tal que el sheikh qatarí Hamad bin Khalifa bin Ahmad Al Thani estuvo presente en abril en un congreso que se realizó en Buenos Aires, al que asistió el propio presidente de Fifa, Gianni Infantino.