Nuevo 6 de agosto. Las mismas caras que se repiten en un acto que se desarrolla desde hace 5 años. Todas presentes en Salta 2141, lugar donde se elevaba aquel edificio derrumbado por una trágica explosión que se cobró 22 vidas. Con ese marco y el de un acompañamiento multitudinario, la ciudad rindió homenaje a las víctimas de un siniestro que quedará grabado en la memoria de una ciudad entera.
Desde las 9, un importante número de personas se acercó al lugar para acompañar a los familiares de las 22 víctimas y sumarse al pedido para que haya justicia y se esclarezcan los hechos que desencadenaron la fatal explosión.
A las 9.38, la hora en que hace cinco años un inolvidable estruendo sacudió al centro rosarino y su onda expansiva se hizo sentir en toda la ciudad, sonó la sirena en memoria de los fallecidos.
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En la previa del acto, que comenzó con la sirena y luego con un número musical de Cecilia Petrocceli, ocurrió un hecho insólito. Un vecino de un edificio de enfrente arrojó una botella con agua desde un sexto piso, que hirió a Miguel Ángel Pereyra, padre de Marisol, la joven rosarina asesinada el 26 de noviembre de 2011, en el cuádruple crimen de La Plata.
Hubo un marcado repudio de todos los presentes hacia el vecino que arrojó el proyectil, aunque no se pudo determinar con precisión desde qué departamento provino la botella. Los familiares de las víctimas denunciaron que los «acusan» de haber sido los «culpables de la explosión».
Varios familiares tomaron la palabra y leyeron todos los nombres de los fallecidos y pidieron a los rosarinos: «No nos dejen solos».
«El día que Rosario explotó. Parece mentira que hayan pasado ya cinco años. Pedimos justicia por todos los fallecidos de calle Salta, y que se esclarezcan los hechos», señaló la mamá de Santiago Laguía, uno de las 22 víctimas, y denunció: «Es increíble que luego de todo este tiempo no haya novedades».
Por otro lado, CLG dialogó con Jorgelina De La Torre, de la ONG Rosario Solidaria, quien expresó: «Estamos acompañando como lo hicimos desde el minuto cero. Es tremendo esto. Muy fuerte. Se te vienen muchas imágenes inolvidables y también, desde otro punto de vista, mucha solidaridad por parte de los rosarinos».
«Rosario se puso de pie y acompañó. No hay que bajar los brazos. Hay que seguir abrazándonos y siendo solidarios. En calle Salta aprendimos muchas cosas y creo que no nos podemos olvidar de todo esto. La ciudad no dejar atrás todo lo que ocurrió», manifestó.