Se trata de un hombre de 38 años que en 2014 compró una impresora para fabricarle una prótesis a su hija, y ahora pide acetato para poder producir viseras para prevenir contagios
En las últimas horas la acción solidaria de un hombre de Rosario se volvió viral en las redes. Ante la escasez de barbijos y kits de seguridad para combatir el coronavirus en los distintos efectores públicos de la ciudad y la región, él mismo se dispuso a utilizar su impresora 3D para fabricar viseras plásticas para donar a hospitales y sanatorios.
CLG dialogó con el autor de esta iniciativa, quien contó cómo se le ocurrió. Se trata de Juan Pablo Kuczer, técnico electrónico de 38 años, nacido en Pueblo Esther y actualmente residiendo en Rosario. Según relató, su interés por la impresión 3D no surgió de una mera curiosidad.
«Compré la impresora por mi hija de siete años. Por una condición genética, ella nació sin una mano. Le hice una prótesis y todavía sigo trabajando en ella, porque la nena va creciendo y se van requiriendo otras tecnologías», contó.
Sin embargo, su misión de ayudar a su hija no fue sencilla y eso lo llevó a contactarse con otras personas que buscaban interiorizarse en el tema: «En 2014 compré una impresora muy casera y la fui reparando. Como renegué mucho, hice varios grupos de Facebook de aficionados a la impresión 3D».
De esa manera creó una suerte de red entre hombres y mujeres que, ya sea por trabajo o por hobby, realizan impresiones 3D. Así fue como llegó la idea de las máscaras plásticas: «Esto surgió este domingo a través de uno de los grupos. Una persona de Buenos Aires las empezó a fabricar y le pedí el archivo del producto». Y agregó: «Simplifiqué las máscaras para poder imprimirlas más rápido, pasé de una hora y media a 50 minutos por cada visera».
Al comenzar a fabricar, Juan Pablo se encontró con un escollo: los materiales. Por eso, comenzó a publicar en las redes para que cualquiera que pueda aportar, lo haga: «Hasta ahora pude imprimir muy pocas, tres o cuatro, pero esta movida se hizo muy importante, no tenía en cuenta que se iba a viralizar tanto. Necesitamos acetato transparente o radiografías viejas ya lavadas en agua con lavandina. El acetato hay que comprarlo y hoy es imposible, está todo cerrado».
En busca de más colaboradores, también llamó a otras personas que posean impresoras 3D a sumarse a esta iniciativa y así poder alcanzar a más efectores de salud: «Sería importantísimo que más gente se sume a esto, nos podemos poner de acuerdo a qué zonas ayudaría cada uno para poder repartir a la mayor cantidad de lugares posibles».
Sin embargo, sin el acetato las impresiones no pueden continuar. Por eso, cualquiera que pueda donar este material, radiografías lavadas o plástico PET para impresoras 3D, puede comunicarse con Juan Pablo al 3415318555.