Rosario tiene un nuevo centenario. Se trata de Guillermo Matías Espíndola, quien hoy cumplió sus cortos 100 años ¡y está impecable! El rosarino trabajó de ordenanza pero su verdadera pasión es la música y hasta el día de hoy toca el bandoneón. Con la Gente tuvo el placer de conversar con Guillermo quien contó su historia, repleta de vivencias.
El único hijo de Guillermo, Arturo (76), nos abre la puerta de la casa ubicada en el corazón de Arroyito. Guillermo nos espera parado, muy sonriente y complacido, con una entereza sorprendente. La charla llena de recuerdos y experiencia comienza inmediatamente, sin tiempo que perder.
«Yo nací y me crié acá en Rosario, en Empalme Granero, pero a los 25 me tocó irme a Buenos Aires para poder trabajar, eran tiempos muy duros» comienza relatando de forma cronológica con una claridad envidiable. «Empecé a trabajar en un Ministerio pero no me gustaba, y allí fue cuando rápidamente conseguí trabajo como ordenanza en Agua y Energía Eléctrica, que recién se inauguraba» continuó. «Me encantaba, trabajaba de traje con toda la pinta» agrega, con una sonrisa.
«Pasé casi 19 años en Buenos Aires, hasta que empecé a extrañar a mi familia y a Rosario. Por eso pedí el traslado y rápidamente me lo dieron, así que seguí trabajando en Agua y Energía pero aquí, en mi ciudad, y hasta que me jubilé no salí» continúa Guillermo.
Su pasión por el bandoneón
«Cuando me jubilé entré de lleno en la música, pero en realidad toco el bandoneón desde que tengo 16 años» se pone a recordar. «La primera vez que escuché el sonido del instrumento me maravilló y mis amigos me incitaron a que aprenda, así que empecé a tocar a escondidas. Mi hermana me decía que mi papa me iba a matar cuando me viera» cuenta riéndose. «El día que le conté a mi papa que estaba aprendiendo se fue rápido. Volvió con un bandoneón» relata con una sonrisa.
Guillermo avanza unos años y cuenta: «En Buenos Aires seguí tocando, pasaba por bares en mi tiempo libre. Pero cuando más toqué fue cuando me jubilé. En ese momento conocí a 3 músicos viejos que me invitaron a escucharlos. Enseguida les pregunté si me podía sumar y no sólo me incluyeron sino que me nombraron director ¡ja!»
«Así fue que comenzamos, eramos cuatro viejos tocando tango y folclore, tocamos un año en LT2, pasamos por todos los canales de la ciudad y por todos los clubes, y los que nos recibieron fueron siempre muy amables y buena gente» recuerda. «Nunca lo hice para ganar plata, al revés, ponía plata de mi bolsillo».
Y agrega: «Dejé de tocar en este grupo a los 90 años, cuando dos de nuestros compañeros partieron, ahí dije basta». Pero, como bien cuenta su hijo, Guillermo sigue tocando el bandoneón todas las mañanas, de forma religiosa.
Guillermo cuenta el por qué de su pasión por la música: «Estoy muy agradecido, me ha dado muchas satisfacciones, he conocido gente buenísima, de buenos sentimientos y con mucho respeto. Yo estoy agradecido a todos los que me ayudaron sin ningún interés».
Así toca el bandoneón un hombre de 100 años:
Su relación con el Sindicato de Luz y Fuerza
El centenario recibió una plaqueta por parte del secretario general de Luz y Fuerza Rosario, Alberto Botto, y del secretario mutual, Néstor Salvatierra, por sus 100 años de vida y 60 como afiliado al Sindicato. «Siempre dije que Luz y Fuerza es una de las mejores instituciones que tenemos en Rosario, hay muy buena gente».
«El haber recibido esa plaqueta me pone muy feliz» y muestra orgulloso el obsequio que se muestra imponente entre fotos y trofeos.
Su vida hoy
Tras haber enviudado dos veces, Guillermo atraviesa su tercer matrimonio y se muestra felizmente enamorado: «Gracias a Dios tengo una esposa como Sara al lado, podremos tener algún problemita pero siempre está a mi lado». Guillermo y Sara están juntos desde el 2000 y se casaron en el 2004.
Guillermo tendrá 100 años, pero si hay algo que los años no lo quitaron es la actitud: «Me siento como un pibe, pero el cuerpo es el que manda, las piernas molestan pero el resto está bien». Para concluir, Guillermo destaca la importancia que tiene su familia en su vida: «Mi esposa, mi hijo, mis nietos y mis bisnietos representan mucho para mi, son lo más importante en la vida».