El contundente triunfo del gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti, inyectó optimismo en las filas del ex ministro de Economía Roberto Lavagna, que evalúa los resultados de la elección en la provincia mediterránea y otros distritos como una «clara» señal «antibrecha» de los votantes, que mejoran las chances para una tercera vía.
El entusiasmo inundó esta tarde las oficinas que el ex ministro de Economía posee en el centro porteño, donde recibió al gobernador de Santa Fe, Miguel Lifschitz; al dirigente de Alternativa Federal, precandidato a presidente y senador Miguel Ángel Pichetto y a los radicales disidentes Ricardo Alfonsín, Federico Storani y Juan Manuel Casella para avanzar en el armado de un frente amplio para las presidenciales de octubre.
La dirigente del GEN Margarita Stolbizer -ausente con aviso- mandó en su remplazo al legislador porteño Sergio Abrevaya.
Lavagna, Pichetto y Lifschitz llegaron juntos al encuentro en la oficinas de la calle Paraguay, donde no hubo fuertes definiciones, más allá de la firme convicción de avanzar en un proyecto que le ofrezca a los argentinos una «tercera vía electoral» por fuera de Cambiemos y el kirchnerismo, dijeron fuentes del sector.
Allí los esperaban Abrevaya y los radicales Storani, Alfonsín y Casella, quienes llevarán a la Convención Nacional de la UCR en Parque Norte, el 27 de mayo, su propuesta de «terminar» con Cambiemos y de integrar al partido a un nuevo frente electoral, con socialistas, el GEN y un sector del peronismo liderado por Lavagna.
Lavagna y Pichetto adjudicaron a Schiaretti la posibilidad de ocupar un lugar «central» en un futuro armado electoral para octubre, luego del triunfo «contundente» logrado este domingo en los comicios provinciales, señalaron los portavoces.
Además, Lavagna, en un breve diálogo con los periodistas, juzgó que Schiaretti abonó la «idea de evitar la grieta» con el discurso que pronunció cuando quedó confirmado su triunfo, al que definió como «fenomenal y muy contundente».
«Si uno mira cómo han votado los argentinos en las últimas elecciones, en todas han votado contra la brecha, en ningún caso han ganado los que están en los extremos. Ahora, lo importante es saber si esto se va a repetir a nivel nacional. Córdoba es una señal antibrecha», analizó el ex ministro de Eduardo Duhalde y de Néstor kirchner, para resumir el estado de ánimo en su sector.
Ahora esperan que el mandatario cordobés sea el «gran armador» del espacio, mientras se mira con atención dos cuestiones que se definirán en la semana entrante.
Por un lado, si la Convención radical ratifica o no su alianza con el PRO y la Coalición Cívica, en Cambiemos y, por el otro, los resultados de la reunión prevista entre Schiaretti y gobernadores de Alternativa Federal, para definir los próximos pasos del espacio.
Lo cierto -según confió a Télam un allegado al ex ministro- es que el triunfo de Schiaretti en Córdoba trajo «aire fresco» a Alternativa Federal, luego del desgaste producido por las diferencias entre Lavagna y Sergio Massa, por la negativa del economista de ir a unas PASO para definir la candidatura presidencial.
Con todo, en la reunión de hoy Lavagna ratificó su «voluntad de encarar el desafío de ser candidato a presidente», según relató Lifschitz a la prensa, al término del encuentro.
En cuanto a la posibilidad de dirimir una candidatura presidencial del frente en las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias, sugerida por el reelecto gobernador cordobés, Lavagna respondió: «Eso ya se verá», aunque aclaró que no había modificado su posición inicial de consensuar internamente el nombre del futuro postulante.
Sin embargo, el gobernador de Santa Fe aseguró que en el espacio existe una «fuerte convicción» de la necesidad de evitar una interna y en agosto «confluir en una un proyecto unificado».
El socialista dio dos «razones de peso» para evitar la interna: el ajustado plazo que existe hasta el cierre de listas y la dificultad de competir con «dos candidatos que están muy instalados, como el presidente (Mauricio) Macri y la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner», aunque la ex mandataria aún no confirmó se se postulará para octubre.
Consultado sobre el panorama electoral de Cambiemos, de cara a octubre, Pichetto afirmó que «por ahora es negativo» y advirtió que, si bien las votaciones provinciales «tienen que ver con la realidad local, indudablemente también se va generando un clima» hacia las presidenciales.
En la misma línea, Lifschitz consideró que la votación en Córdoba mostró un «respaldo a la buena gestión de Schiaretti» pero también «la caída electoral de Cambiemos que está produciéndose en cadena en todas las provincias que ha habido elecciones».
Si bien dijo que los resultados provinciales no pueden trasladarse automáticamente al plano nacional, el socialista afirmó que definiciones como las de Río Negro y Neuquén, además de las Paso en Santa Fe, muestran «una señal que hay una electorado que prioriza gobiernos moderados que están fuera de la grieta».