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Un mundo de marginales en lo que todo puede pasar


Por Mario Luzuriaga

Anoche se estrenó la tercera temporada de «El Marginal», la serie que se emite los martes a las 22 por la TV Pública y la plataforma Cont.ar.

Hay quienes piensan que es más de lo mismo pero no es así, ya que siempre los guionistas tienen un as bajo la manga. Nadie esperó el éxito de la primera y es por esto que decidieron llevar la historia para atrás y contar el ascenso de Mario (Claudio Rissi) y Diosito (Nicolás Furtado) Borges, al poder de la cárcel.

En esta ocasión se encuentran un año antes de los hechos ocurridos en la primera y aquí es donde se empieza a descubrir todo este entramado en el que está involucrado el poder, la Justicia y el narcotráfico.

Como visión del espectador y el que está afuera de este mundo es Cristian (Lorenzo Ferro), un chico de veinte años e hijo de un importante empresario, que luego de manejar alcoholizado, tiene un accidente y provoca la muerte de todos sus amigos que iba en el auto junto a él. Es por esto que le piden a los Borges que protejan al chico dentro de San Onofre.

Entre los nuevos personajes encontramos a Bruni (Alejandro Awada) un hombre misterioso que prepara boxeadores, Morales (Ana María Picchio), una severa funcionaria del Servicio Penitenciario Federal y un químico que será fundamental para la actividad que realiza Borges dentro del penal.

En sí la serie crece más y más y queda ya en el tiempo la primera temporada, esto me refiero en la estética, como así también en los pequeños detalles que se pueden ver en el complejo. Es una serie donde se baja hacia el infierno, pero en el que también los mismos habitantes conviven y tienen sus principios.

Impecables actuaciones por parte de Furtado, Rissi y Romano y estamos a la espera de que los nuevos «reclusos» demuestren todo su potencial en escena.

Calificación: Muy buena.