Desarrolló gomitas con todos los componentes proteicos necesarios y sin glucosa, por lo que fue premiado en un certamen a nivel nacional
¿Gomitas saludables que se consiguen en farmacias y dietéticas? Sí, a partir de la idea de un joven santafesino podría ser posible. Leonardo Cristaldo se inspiró en su hijo con autismo para crear golosinas con los componentes proteicos necesarios y sin glucosa. Las desarrolló junto a un equipo de profesionales y fue premiado en un certamen a nivel nacional.
El proyecto se presentó en el certamen nacional Naves, que organiza el Banco Macro, que se realizó en Buenos Aires y del que participaron, además de equipos de emprendedores de todo el país, CEO’s de las empresas más importantes del país, de laboratorios y de fondos de inversión. El proyecto local obtuvo el segundo lugar entre unos 4 mil participantes, tras superar varias etapas.
“La idea que trabajamos fue lograr una golosina de base totalmente saludable, que no tenga glucosa, azúcar ni conservantes, pero que cuente con la forma y el sabor a una golosina. Y que esto sea el instrumento que lleven al complemento alimenticio”, contó Cristaldo al diario El Litoral de Santa Fe.
Las golosinas desarrolladas son caramelos sin glucosa en el formato de gomitas, para poder hacerlas con un gelificante. “Cada bolsita tiene 100 gramos. Y esos 100 gramos podrían dar el 30% de la ingesta diaria que se recomienda en proteínas, minerales y vitaminas”, detalló el emprendedor, que es correntino pero está radicado en Santo Tomé.
Las gomitas tienen 14 vitaminas y 14 minerales, proteínas y Omega 3. Son unos 30 componentes que Sweet Power (el equipo de profesionales) debió combinar para lograr un producto totalmente saludable.
“Soy un fanático de todo lo que tenga que ver con emprender, crear, planificar planes de negocios. Me decidí por la alimentación, algo que siempre me apasionó”, explicó Cristaldo que trabaja como ejecutivo de cuentas de una empresa multinacional relacionada con la tecnología.
LA INSPIRACIÓN EN FRANCO
Su hijo, Franco, tiene ocho años recién cumplidos y a los tres fue diagnosticado con autismo. “Él tiene la dificultad de que es muy selectivo con la comida, por las texturas, colores, olores, sabores. Así, por ejemplo, no come ningún tipo de carne. Producto de su condición, notábamos que no se podía alimentar bien. Y ahí surgió la idea: lograr que un complemento alimenticio esté más pensado en el usuario. A Franco le gustan las golosinas y las come sin problemas, con lo cual este producto ayudaría mucho a complementar su alimentación”, afirmó su padre.
MODELO DE NEGOCIOS
“La idea es que el producto llegue primero a los niños; luego también a deportistas o a personas adultas que deben balancear su alimentación; incluso en cosmética, pues abordaríamos con golosinas saludables varias problemáticas de ese rubro”, proyectó.
“Si para un niño son 100 gramos el paquete de gomitas, para un adulto sería 15 gramos. Lo mismo que ya hicimos para niños se usaría para adultos, pero regulando ese valor”, completó.
La idea original del modelo de negocios es ofrecer un complemento alimenticio que se pueda conseguir en cualquier farmacia o en dietéticas, no en otras góndolas. “Nuestra idea no es competir con una golosina tradicional que se consigue en cualquier kiosco, sino que ofrecemos un complemento alimenticio”, aclaró.
SWEET POWER
El equipo de profesionales se fue formando en la Universidad Nacional del Litoral (UNL). “Tenemos un biotecnólogo como consultor, y logramos incluir a un investigador del Conicet Santa Fe (miembro activo) que es Doctor en Tecnologías de los Alimentos, y que es experto en microencapsulación. Hablamos de ciencia y tecnología para un alimento del futuro que aporta un montón de nutrientes y es totalmente saludable”, concluyó Cristaldo.