Por dinero, ¿todo es válido? Al parecer no. Un hombre de 80 años que vivía en un geriátrico decidió comenzar a vender pastillas de viagra para aumentar sus ahorros. Sin embargo, era todo una estafa y terminó siendo expulsado del lugar. ¿Qué ocurrió? En realidad eran pastillas de Paracetamol pintadas de color azul.
Una vez que los médicos del hogar descubrieron la «estafa sexual», al notar la lengua de varios internos teñida con pintura, la verdad salió a la luz y el abuelo no tuvo más remedio que confesar lo que estaba haciendo.
En un principio pensaron que podría tratarse de una enfermedad extraña y contagiosa. Pero luego comprobaron que era sólo la manera que tenía el señor de hacerse de dinero.
El hecho ocurrió en un geriátrico en Castilla la Mancha, en la región centro de España y el acusado se llama Isaías. Sus ‘victimas’ narraron la decepción que sintieron ya que las pastillas que tomaban no les hacían efecto.